Sospechosos habituales (1995)
Desconozco el guion escrito por Christopher McQuarrie, pero su puesta en escena me resulta atractiva, sin apenas cabos sueltos y sin que se noten las trampas, salvo en las declaraciones finales de "Verbal" Kint (Kevin Spacey), aunque esta sería una cuestión carente de importancia, porque Sospechosos habituales (The usual suspect, 1995) se disfruta por partida doble, como un excelente engaño y un impactante thriller que juega con los recuerdos de ese superviviente que confiesa su participación en la matanza producida en el muelle de San Pedro, la noche anterior. "Verbal" es el encargado de presentar mediante sus recuerdos las imágenes del pasado, que se iniciaron seis semanas atrás, en la ciudad de Nueva York, con la policía deteniendo a cinco delincuentes, sospechosos de haber intervenido en el secuestro de un camión de armas. A partir de este momento Sospechosos habituales juega con el tiempo y con la veracidad de los hechos. Las apariencias a menudo se confunden con la realidad, aquello que parece ser y lo que en realidad es, porque la historia filmada por Bryan Singer se presenta desde el presente que permiten intercalar los hechos que se producen en la comisaria con la evolución de ese grupo de delincuentes que se dejan engañar por alguien que nadie ha visto, y que podría no existir o, al menos, así lo decía Keaton (Gabriel Byrne) en los recuerdos de "Verbal". A Dean Keaton le pareció extraño que lo hubiesen incluido en una rueda de identificación con cinco habituales entre quienes se encontraba McManus (Stephen Baldwin), que aprovechó esa reunión inusual para exponer un trabajo que les reportaría cuantiosos beneficios.
En el presente, el agente especial Dave Kujan (Chazz Palminteri), le pide al jefe del departamento de policía (Dan Hedaya) que le permita hablar con el tal "Verbal" Kint, a quien en dos horas pondrán en libertad bajo fianza. Kujan pregunta y presiona al testigo ocular de los acontecimientos de ese pasado que se pretende esclarecer, porque él era uno de los cinco, el más débil y quien más admiraba a Keaton, el criminal que Kujan desea atrapar. Kint cede ante el acoso del policía y empieza a relatar situaciones y circunstancias de las que no había hablado durante el interrogatorio oficial, de este modo, el policía descubre hechos que le presentan una realidad con la que no contaba. El equipo formado por Keaton, King, McManus, Fenstern (Benicio del Toro) y Hockney (Kevin Pollak) dio el golpe, todo un éxito, sin embargo tuvieron que volar a Los Ángeles, ciudad donde les aguardaba el contacto que les propuso un nuevo trabajo, aquel que marcó su encuentro con Kobayashi (Pete Posthleiwaite), el abogado de Keyser Soze. Pero ¿quién es Keyser Soze? Este nombre empieza a cobrar relevancia en la mente de Kujan, quiere saber quién es o si Keyser Soze es Dean Keaton, algo que por otra parte no le resulta descabellado. El superviviente siente la presión, por momentos parece que va a derrumbarse, así como no puede evitar confesar al agente aspectos desconocidos hasta ese instante y que contradicen sus anteriores declaraciones, lo cual reafirma a Kujan en su creencia de que Keaton continúa con vida y de que todos los sucesos que se investigan han sido planeados y provocados por ese criminal sin escrúpulos que bien podría ser el fantasma al que nadie ha visto, pero a quien todos temen.
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