La historia de 1997... Rescate en Nueva York (Escape from New York) se desarrolla en un futuro, que se ha convertido en pasado inexistente, en el que la criminalidad ha alcanzados cotas insostenibles para las autoridades, que han decidido levantar un enorme muro alrededor de la isla de Manhattan para controlar una situación que se les escapa. Dicho perímetro destaca por sus fuertes medidas de seguridad, que evitan la salida de los delincuentes que se confinan en su interior. Pero en la ciudad-prisión no existe control policial, sus calles se encuentran en manos de criminales que las gobiernan desde la anarquía y la ley del más fuerte. Y el más fuerte es el Duque (Isaac Hayes), un reo al que todos temen y que se ha hecho con el control de la zona.
Serpiente Plissken (Kurt Russell), es un tipo solitario, duro, pero con un alto sentido del honor, un cowboy a la antigua usanza, rápido con las armas y obligado a sobrevivir en un medio hostil, sucio y traicionero. Este ambiente le sirve a John Carpenter para enfocar 1997 Rescate en Nueva York (Escape from New York) desde una perspectiva de western, pero con apariencia de fantástico, que se descubre en su localización; una zona dominada por un grupo de, supuestos, salvajes que retienen a un rehén con el que pretenden negociar una salida de esta especie de reserva carcelaria. Del mismo modo, encontramos en la policía, liderada por el personaje que interpreta Lee Van Cleef, a una especie de Séptimo de Caballería que no puede adentrarse en un territorio vedado y que necesita de un héroe solitario para que la misión se salde con éxito. Este cuerpo de seguridad encuentra su oportunidad en Plissken, un ser desechable y problemático al que inyectan un explosivo que estallará en un tiempo determinado. Para recuperar a tiempo al presidente, Serpiente encontrará la ayuda de unos individuos que se ven forzados a aliarse con él, no por gusto, sino porque es su única salida que tienen, en un mundo en el que sobreivir es la primera y única opción. Como es habitual en sus producciones, John Carpenter compone, escribe y dirige un film entretenido, plagado de excelentes momentos, que relacionan su cine con las películas de directores como Howard Hawks o John Ford, pero siempre desde un estilo propio que se aprecia en 1997, Rescate en Nueva York (película que se ha convertido, con el paso del tiempo, en un film de culto entre los amantes del fantástico).
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