Pues sí que sería casualidad que, con lo enorme que debe ser una galaxia lejana, Luke Skywalker (Mark Hamill) se encontrase frente a frente con su padre; pero en fin, la vida es así, llena de casualidades, y el cine también. Además del azar que une familias, El Imperio contraataca (The Empire Strikes Back) destaca por ser mejor película que su predecesora, La guerra de las galaxias (Star Wars), más completa, oscura y madura, seguramente debido a la participación en el guión de Lawrence Kasdan y Leigh Brackett (la misma guionista que había colaborado en siete ocasiones con un director de la talla de Howard Hawks), juventud y experiencia que servirían para dar mayor consistencia al desarrollo de la historia, diálogos más elaborados y algo de profundidad a los personajes; el otro acierto con respecto a la anterior podría encontrarse en la generosidad de George Lucas al ceder la dirección a Irwin Kershner, pues el creador de la saga no destaca ni como realizador ni como guionista, pero sí por las buenas ideas que presenta para que otros las lleven a cabo bajo su supervisión, y por el desarrollo de los medios para que éstas adquieran ese toque espectacular que se descubre en cada una de ellas. Los rótulos iniciales indican que el Imperio se ha repuesto del duro golpe que significó la destrucción de la Estrella de la Muerte (a manos de un mocoso, de un cowboy espacial y del fiel y peludo amigo de éste), y que ahora se encuentra persiguiendo a los rebeldes; esos que se esconden en el planeta helado de Hoth, donde Han Solo (Harrison Ford) aguarda impaciente la recompensa que le permita saldar sus deudas con el despiadado contrabandista Jabba the Hutt. La batalla del planeta helado en la que se enfrentan los buenos contra los malos se presenta espectacular, a la espera de que Luke se recupere de su tropiezo con un yeti extraterrestre y salga en su caza a plantar batalla. Antes de que Han le encontrase, Luke había recibido la visita del espectro de Obi Wan Kenobi (Alec Guinness), el cual le aconsejaba que viajase al remoto planeta de Dagobah donde encontraría al más grande (no en tamaño) de los caballeros jedi, un tal Yoda (Frank Oz), quien completaría su instrucción alterando el orden de las palabras y le convertiría en un jedi como ellos y como su padre. La acción de El imperio contraataca, tras el ataque de las fuerzas de asalto imperiales, se divide en dos frentes; por un lado, Luke huye en compañía de R2D2 (Kenny Baker) hacia el hogar de Yoda; mientras que Han Solo, la princesa Leia (Carrie Fisher) (éstos dos parece que quieren algo más que discutir), Chewbacca (Peter Mayhew) y C3PO (Anthony Daniels) se escapan en el Halcón Milenario, la vieja y mítica nave que necesita una pequeña reparación, ¡y mira tú por donde!, un viejo camarada de Solo gobierna una ciudad flotante cerca de donde se encuentran. Lando Calrissian (Billy Dee Williams) se muestra amable, a pesar de que en el pasado perdiese la nave en una partida de cartas con Han Solo, sin embargo eso está olvidado, y como muestra de amistad les entrega a Darth Vader (con el cuerpo de David Prowse y la voz de James Earl Jones), ese tipo alto que padece de asma y quién sabe cuantas cosas más, y que pronto dará la sorpresa del día. La fuerza se enturbia ante el sufrimiento de sus amigos, Luke lo siente, también el pequeño ser verde de orejas puntiagudas que le muestra los caminos de la misma. Luke no puede soportar la visión del padecimiento de sus seres queridos, y ante él se presenta la disyuntiva de su vida: concluir su aprendizaje o socorrer a sus amigos sin haber completado su instrucción, circunstancia que implicaría el peligro de sucumbir ante los encantos del lado oscuro de la fuerza. El Imperio contraataca tuvo menos éxito comercial que su antecesora, sin embargo, a nadie le pasó por alto que se trataba de una buena película, mejor que la anterior (y la mejor de la serie); en ella se mostraron nuevos personajes (sorprendente e inesperado éxito de Boba Fett (Jeremy Bulloch), cazarrecompensas que, empleando pocas palabras, llamó la atención de muchos espectadores), nuevas naves espaciales y nuevos vehículos de ataque, así como dejó un final abierto (está vez no existía la menor duda de que habría una continuación) que dejaría a más de uno (la mayoría de los espectadores) a la espera de una resolución favorable para los rebeldes espaciales.
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