miércoles, 7 de noviembre de 2012

Yuma (1957)


El soldado confederado O'Meara (Rod Steiger) dispara la última bala de la Guerra de la Secesión y falla, así se inicia Yuma (Run of the Arrow), un western que profundiza en las sensaciones que dominan a este rebelde que se niega a aceptar la rendición de los estados confederados. O'Meara es un renegado dominado por el odio hacia los yanquis, vencedores de una larga guerra en la que ha visto caer a su padre y a sus hermanos, y en la que también ha perdido parte de sí mismo. El sudista no puede asumir la derrota, hecho que provoca su rechazo a la nueva nación que nace tras la capitulación del general Lee, lo cual implica que se aleje de sus raíces para dirigirse al lejano oeste, donde espera encontrar su lugar. Mediante omisiones de escenas innecesarias, Samuel Fuller explicó el encuentro y la relación que surge entre el confederado y un viejo sioux (Jay C.Flippen), que se convierte en una especie de guía que le enseña las tradiciones y el idioma de su pueblo, al que el rebelde accede tras sobrevivir al ritual del vuelo de la flecha, al que nadie había sobrevivido hasta ese instante. El renegado lo logra gracias a la ayuda de Mocasines Amarillos (Sara Montiel), con quien se casa después de solicitar que le acepten como un miembro más de la tribu; O'Meara asume una nueva vida y una nueva identidad, aunque resulta insuficiente para curar sus cicatrices internas, que se reabren cuando los soldados del ejército se presentan en el territorio sioux para levantar un fuerte. La relación entre el capitán Clark (Brian Keith) y el rebelde permite que este último comprenda que no todos los yanquis son indeseables, como tampoco en su tribu todos son honorables, ya que siempre existe alguien capaz de realizar actos censurables; en este punto, Fuller se decantó por la lógica de no buscar un bando bueno y otro malo, ya que dentro de cualquier entorno existen seres que se dejan arrastrar por el odio o por la violencia, individuos como el teniente Driscoll (Ralph Meeker), a quien O'Meara disparó la última bala de la guerra para luego salvarlo, o Lobo Loco (H.M.Wynant), cuyo odio irracional acaba con la vida de Clark. Tanto Driscoll como el indio son los responsables puntuales del enfrentamiento que se produce tras la muerte del capitán, lo cual descubre que las diferencias no se encuentran ni en la raza ni en las creencias, sino en las decisiones de cada uno de ellos. Yuma mantiene abiertos dos caminos, el principal sigue a la figura de ese hombre que no puede olvidar su rencor hacia el norte y el secundario intenta mostrar la dignidad de un pueblo que debe aceptar la llegada del colonizador a sus tierras, donde hasta ese instante habría vivido en equilibrio con el medio, sin embargo no se trata de un film pro-indio, sino de una película humanista que muestra que en ambos bandos existen individuos similares, capaces de lo mejor y de lo peor, separados por sus costumbres. Quizá por eso O'Meara nunca consigue integrarse dentro de la tribu sioux, cuestión que no quiere reconocer, negándose de ese modo una identidad que le proporcionaría el equilibrio perdido el último día de la guerra, cuando falló aquella bala que guarda de recuerdo y que tendrá la oportunidad de volver a disparar.

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