domingo, 19 de mayo de 2013

Marilyn, más que una imagen



<<En Marilyn había dos aspectos que no tenían nada que ver el uno con el otro. Creo que podría decirse que era esquizoide: las dos personas que coexistían en ella, difícilmente podrían haber sido más distintas>>


Laurence Olivier: Memorias.


La vida de Norma Jean Baker, inmortalizada como Marilyn Monroe, estuvo marcada por un vacío existencial que la acompañó desde el orfanato hasta su fallecimiento, a los treinta y seis años. Quizá buscando llenar ese vacío, la joven Norma Jean se casó por primera vez a los dieciséis, cuando ni siquiera se habría planteado la existencia de la rubia alter ego que le dio fama y la convirtió en uno de los iconos más populares del siglo XX. Todo empezó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando, sin sospechar que poco después se convertiría en Marilyn Monroe, Norma Jean entró a trabajar en una fábrica. Allí  fue descubierta por un fotógrafo y su fotogenia la acercó un paso al mundo del espectáculo. Por un tiempo, trabajó de modelo fotográfica, pero su deseo era convertirse en actriz y tal anhelo la impulsó a trasladarse a Hollywood, donde sería contratada por la Twenty Century Fox, aunque el estudio rescindió el contrato tras su participación en un par de películas, en una de las cuales su interpretación prácticamente desapareció en el montaje final. Aspirantes como ella las había a montones, y este revés profesional parecía indicar que la carrera artística de la recién nacida Marilyn Monroe no tenía futuro, sin embargo, poco después, le llegaron pequeñas oportunidades que no desaprovechó, demostrando que en ella sí había algo distinto, algo que podría llamarse complicidad con la cámara y que solo hacía falta que su idilio saliera a la luz, y de eso ya se encargarían los distintos operadores que iluminaron su rostro.


<<Su profesora de arte dramático, una rusa llamada Natasha Lytess, venía al plató con ella. Al final de una toma, Marilyn la miraba buscando su aprobación. La profesora asentía. Marilyn estaba estupenda en la película. Había sigo contratada por la 20th Century-Fox, pero no le renovaron el contrato. Cuando Darryl Zanuck vio La jungla de asfalto, la Fox se apresuró a recuperarla. Ese papel fue el comienzo para Marilyn, y siempre me estuvo agradecida. La puso en el camino de la fama y nos llevó —más de una década después— a trabajar juntos en Vidas rebeldes, su última película terminada.>>


John Huston: A libro abierto.


Los hermanos Marx y su Amor en conserva (Love HappyDavid Miller1949) le sirvieron para mostrar una pequeña parte del potencial que un año después explotó en La jungla de asfalto (The Asphalt Jungle, John Huston, 1950), en la que realizaba un pequeño papel que no pasó desapercibido ni para la industria ni para el público. Ese mismo año, Joseph L. Mankiewicz contaba con ella en Eva al desnudo (All about Eve, 1950) y en 1951 su carrera cinematográfica apuntaba ascendente, aunque con el riesgo de encasillarla en comedias en las que interpretaba el papel de rubia de escasas luces: Memorias de un don Juan (Love Nest, 1951), As Young as You Feel (1951), Divorciémonos (Let's Make It Legal, 1951) o No estamos casados (We're not Married!, 1952). Habría que esperar, aunque no mucho, para exclamar un ¡por fin un papel de mayor protagonismo! Fue en Niebla en el alma (Don't Bother to Knock, 1952), película que le permitió desplegar su capacidad dramática, sin embargo, la comedia volvía a llamar a su puerta en Me siento rejuvenecer (Monkey BusinessHoward Hawks1952), secundado a Cary Grant y Ginger Rogers. Posiblemente, no fue un mal paso, ya que Hawks sería el director que la llevaría a la fama al concederle el protagonismo de la comedia musical Los caballeros las prefieren rubias (Gentlemen Prefer Blondes, 1953). Y gracias al éxito de este film, Marilyn alcanzó el estrellato con el que coqueteaba desde Encuentro en la noche (Clash by Night, 1952) y Niágara (1953), dos excelentes películas negras que había interpretado a las órdenes de Fritz Lang y Henry Hathaway. Pero otra consecuencia del éxito de Los caballeros las prefieren rubias (Gentleman Prefer Blondes, 1953) parecía confirmar su condena a comedias del estilo de Cómo casarse con un millonario (How to Marry a MillionaireJean Negulesco1953) o Luces de candilejas (There's no Business Like Show BusinessWalter Lang1954), y ni siquiera su participación en el western de Otto Preminger Río sin retorno (River of no Return) pudo cambiar el gusto de los productores, que querían verla en papeles como el interpretado para Billy Wilder en La tentación vive arriba (The Seven Year Itch, 1955), película que inmortalizó su imagen de mito erótico vestida de blanco.



<<Yo nunca tuve problemas con Monroe; era Monroe quien tenía problemas con Monroe. Tenía muchas dificultades para concentrarse, casi siempre había algo que la carcomía, dirigirla era como arrancar dientes. Pero cuando acababas con ella, aunque habías llegado a cuarenta o cincuenta tomas, y habías aguantado sus retrasos, te encontrabas con algo único e inimitable. Y retrospectivamente, cuando la película está terminada, olvidas todos los problemas que has tenido. No es que fuera mala, sino simplemente no tenía sentido del tiempo, ni era consciente de que trescientas personas la esperaban durante horas>>


Billy Wilder, en Michel Ciment: Billy y Joe. Conversaciones con Billy Wilder y Joseph L. Mankiewicz.


Con la intención de potenciar su capacidad dramática se trasladó a Nueva York, donde permaneció durante un año para acudir a las clases de interpretación que Lee Strasberg impartía en el Actors Studio, del que habían salido actores de la talla de Marlon BarndoMontgomery Clift, James Dean, Geraldine Page o Paul Newman. Allí pretendía de una vez por todas afianzarse, y así demostrar (y demostrarse) que era una actriz más allá de la imagen que se esperaba de ella, quizá una carga demasiado pesada para alguien sensible que necesitaba sentirse valorada por lo que era y no por lo que parecía ser. De la mano de Joshua Logan regresó al cine en Bus Stop (1956), posiblemente su mejor interpretación hasta ese momento. Posteriormente sería dirigida por el prestigioso actor Laurence Olivier en El príncipe y la corista (The Prince and the Showgirl, 1957), pero sus mejores interpretaciones aún estaban por llegar, y lo hicieron de la mano de dos viejos conocidos, con quienes ya había trabajado en el pasado. Respectivamente, Billy Wilder y John Huston la dirigieron en Con faldas y a lo loco (Some Like It Hot, 1959), una de las cumbres de la comedia hecha en Hollywood, y Vidas rebeldes (The Misfits, 1961), un espléndido drama de “perdedores” que a la postre sería su última película completa. También lo sería para otro mito del cine hollywoodiense: Clark Gable, quien fallecería tras el rodaje, víctima de un ataque cardíaco. En la cima de su carrera, y convertida en la estrella más famosa del planeta, Marilyn Monroe fue despedida de Something's Got to Give —film que estaba dirigiendo George Cukor, con quien ya había trabajado en El multimillonario (Let's Make Love, 1960)—, como consecuencia de los problemas que generó durante el rodaje. Dos semanas después, dejaba el mundo en la soledad que le había perseguido desde sus orígenes. Para sus admiradoras y admiradoras, su muerte generó un vacío en el cine que nunca llegó a llenarse. Pero más allá de la luminosidad que desprendía en las películas, vivía la mujer de sensibilidad y talento, la a menudo infravalorada por la idea que se había creado alrededor de su cegadora y brillante imagen.


Filmografía

Dangerous Years (Arthur Pierson, 1947)

Scudda Hool Scudda Hay! (F. Hugh Herbert, 1948)

Los verdes pastos de Wyoming (Green Grass of Wyoming; Louis King, 1948)

Las chicas del coro (The Ladies of the Chorus; Phil Karlson, 1948)

Amor en conserva (Love Happy; David Miller, 1949)

Billete a Tomahawk (A Ticket to Tomahawk; Richard Sale,1950)

La jungla de asfalto (The Asphalt Jungle; John Huston, 1950)


Cruce de derecha (Right Cross; John Sturges, 1950)

Ruedas de fuego (The Fireball; Tay Garnett, 1950)

Eva al desnudo (All about Eve; Joseph L. Mankiewicz, 1950)

Historia de una ciudad (Home Town Story, Arthur Pierson, 1951)

As Young as You Feel (Harmon Jones, 1951)

Memorias de un don Juan (Love Nest; Joseph Newman, 1951)

Divorciémonos (Let's Make It Legal; Richard Sale, 1951)

No estamos casados (We're not Married, Nunnally Johnson, 1952)

Niebla en el alma (Don't Bother to Knock; Roy Ward Baker, 1952)

Cuatro páginas de la vida (Full House, episodio dirigido por Henry Koster, 1952)

Me siento rejuvenecer (Monkey Business, Howard Hawks, 1952)

Encuentro en la noche (Clash by Night, Fritz Lang, 1952)

Niágara (Henry Hathaway, 1953)

Los caballeros las prefieren rubias (Gentlemen Prefer Blondes, Howard Hawks, 1953)


Cómo casarse con un millonario (How to Married a Millionaire, Jean Negulesco, 1953)

Luces de candilejas (There's not Business Like Show Business, Walter Lang, 1954)

Río sin retorno (River of no Return, Otto Preminger, 1954)

La tentación vive arriba (The Seven Year Itch, Billy Wilder, 1955)


Bus Stop (Joshua Logan, 1956)

El príncipe y la corista (The Prince and the Showgirl, Lawrence Olivier, 1957)

Con faldas y a lo loco (Some Like It Hot, Billy Wilder, 1959)


El multimillonario (Let's Make Love, George Cukor, 1960)

Vidas rebeldes (The Mistfis, John Huston, 1961)


Something's got to give (George Cukor, 1961) (película inacabada)




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