El largometraje que dio popularidad a M. Night Shyamalan es más de lo que aparenta; no por las sorpresas y los giros que aquellas deparan, momentos como los referidos por Cole (Haley Joel Osment) cuando le dice a Malcolm (Bruce Willis) que todos los cuentos han de tenerlos para no perder la atención de su auditorio, para mantenerlo entretenido y que no disminuya el interés por la historia que el cuenta cuentos narra. Esto lo cumplen Shyamalan y El sexto sentido (The Sixth Sense, 1999); el director y guionista como cuentista y la película como ejemplo de sorpresas que se introducen entre la intimidad compartida por los protagonistas. Gracias a la atmósfera espectral generada, el cineasta juega a sus anchas con el público mientras habla del sufrimiento de Cole, de la incomunicación en la que habita, de su miedo, del acoso por ser diferente, de su aislamiento hiriente. Entre trampas y golpes de efecto, el cineasta muestra lo que quiere y sirve a sus intenciones, pero, más allá de los trucos narrativos y de los fantasmas que pueda asomar por el film, descubrimos una película sobre la soledad, la dificultad del niño para transmitir lo que le sucede, el terror que le genera lo que le sucede y la angustia que conlleva no poder contarlo, ni siquiera a su madre (Toni Collete).
domingo, 5 de febrero de 2023
El sexto sentido (1999)
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