viernes, 24 de febrero de 2023

Antoine y Colette (1962)

Sin ser un actor extraordinario, Jean-Pierre Léaud se convirtió en rostro icónico del cine gracias a su Antoine Doinel, a quien dio vida en las cinco películas que François Truffaut dedicó a este personaje que asoma por primera vez en Los cuatrocientos golpes (Les quatre cents coups, 1959). Aunque solo hubiese sido por este mítico film, Léaud figuraría en la historia del cine francés (y mundial), en la que también destaca por, entre otras, ser el protagonista de La mamá y la puta (La maman et la putain, 1973) y uno de los actores principales de la coral La noche americana (La nuit americaine, 1974). Su periplo como Antoine se prolongó durante dos décadas, desde 1959 hasta Amor en fuga (L’amour en fuite, 1979). Entremedias, el muchacho crece, vive experiencias y distintos amores y desamores, como el que cierra su segunda aparición en la pantalla, la cual se produjo como parte de una coproducción propuesta por Pierre Roustang. El amor a los veinte años (L’amour à vingtans, 1962) está compuesta por cinco historias, cada una filmada por un cineasta diferente: Truffaut, Renzo Rossellini, Shintaro Ishihara, Marcel Ophuls y Andrzej Wajda, que contó con la colaboración de Andrzej Zulawski.

Previo a la propuesta de RoustangTruffaut ya barajaba dar continuidad a su Antoine, así que aprovechó el encargo para regresar a él, cuando ya tiene 17 años. La voz del narrador lo confirma al inicio de Antoine y Colette, además de explicar que el adolescente ha encontrado trabajo, piso y que por fin es independiente. Continúa amando la música, la literatura y el cine, pero ahora otro amor despierta en él. Se llama Colette (Marie-France Pisier), a quien observa sin pestañear durante el concierto donde el flechazo profundiza en su corazón, pero, aunque vuelven a encontrarse e inician una relación, no es un amor correspondido. Como Truffaut, que toma de su propia experiencia personal para dar forma a Antoine, el personaje de Léaud es un romántico; y como el cineasta, el joven ama el arte y el amor. Todavía es ingenuo e impulsivo, de modo que coge sus bártulos (tocadiscos, vinilos y libros) y se va a vivir a una habitación que alquila enfrente de la casa de la chica que ama y que no le corresponde. Para Colette es solo un amigo con quien pasar el tiempo cuando no sale con chicos que sí le gustan; por lo que la relación de Antoine acaba siendo más estrecha con el padrastro y la madre de Colette —interpretados por François Darbon y Mery Varte— que con esta; y así se va conformando el primer desengaño amoroso de Antoine, que no será el último.



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