Los primeros años de Michelangelo Antonioni en el cine son teóricos, también ejerce de crítico cinematográfico y asistente; son años de aprendizaje que preceden al neorrealismo que se impondrá en el cine italiano en la inmediata posguerra. Durante ese primer periodo reflexiona sobre el cine y camina hacia el cineasta que será más adelante, cuando se inicie en el largometraje y, desde la ficción, indague en la verdad interior de los hombres y mujeres que pueblan sus títulos más reconocidos. Entremedias, descubrimos al Antonioni documentalista, el realizador que captura imágenes para recrear la realidad de paisajes que condicionan lo humano; del mismo modo que lo humano condiciona el paisaje. Este Antonioni documentalista se inicia en Gente del Po (1943-1947) captando instantes humanos y fluviales. <<Querríamos una película que tuviese como protagonista el Po, en la que no fuese el folclore el que despertase el interés, sino el espíritu, es decir: el conjunto de elementos morales y sociológicos.>> (1) Esta era la intención del joven y primerizo realizador que se trasladó a lugares reconocibles de su juventud y allí inició el rodaje de su primera película: un cortometraje documental de apenas once minutos de duración, en el que desarrolla la idea teórica de que <<Cualquier visión de nuestra vida y de nuestro ambiente puede, por medio del documental, desvelar secretos insospechados. La realidad, en suma, la nuda realidad en su íntima esencia. Tarea por tanto del realizador será mantener un constante e íntimo contacto con esta realidad, puesto que el documental no es fantasía, no es creación, sino representación, interpretación y valorización de manifestaciones reales. En el documental la cámara solo juega con la vida.>> (2)
<<Esta es mi única presunción: haber emprendido yo solo el camino hacia el neorrealismo. […] Estábamos en 1943: Visconti rodaba Obssessione a orillas del Po, y en el mismo Po, a pocos kilómetros de distancia, yo rodaba mi primer documental.>> (3) Sin ser consciente de ello, al menos en aquel momento en el que inició el rodaje, con Gente del Po, Antonioni se situaba al inicio de la senda del (neo)realismo que ya se descubre en La nave blanca (La nave bianca, Roberto Rossellini, 1941), Cuatro pasos por las nubes (Quattro passi fra le nuvole, Alberto Lattuada, 1942) y Un piloto ritorna (Roberto Rossellini, 1942) —en la que Antonioni colaboró en el guion—, pero en este documento cinematográfico no hay rastro de la propaganda de las dos películas de Rossellini ni del romance del film de Lattuada, hay vida y poesía o poesía de la vida en un viaje fluvial por el río que fluye hacia el Adriático, donde desemboca después de un itinerario que se repite una y otra vez a lo largo de los siglos y de los milenios, como a diario se repite la cotidianidad humana de la familia que vive en la barcaza que navega el Po o el resto de personas que habitan en sus orillas y en sus aguas; vidas que la narradora y las imágenes apuntan nada fáciles.
(1) (2) Antonioni; en Aldo Tassone: Los films de Michelangelo Antonioni. Un poeta de la visión (traducción Ángel Lozano). Fluir Ediciones, A Coruña, 2005.
(3) Historia General del Cine, vol. VII. Europa y Asia (1929-1945). Cátedra, Madrid, 1997.
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