domingo, 4 de junio de 2017

Roberto Rossellini. Realidad humana


Para las aficionadas y los aficionados al cine, Roberto Rossellini fue uno de los padres del neorrealismo italiano, pero a ojos de aquellos jóvenes críticos franceses de la década de 1950 que crecieron alrededor de la figura de André Bazin —Jacques Rivette, Eric Rohmer, Jean-Luc Godard o François Truffaut— también fue un autor indispensable en la modernización del cine. De él recibieron influencias que emplearían en sus propias películas cuando dieron el salto a la dirección, y de él aún guardamos en la memoria imágenes de su "tríptico de la guerra", del sufrimiento de Anna Magnani en la soledad de La voz humana en El amor (L'amore, 1947) o del ciclo "Ingrid Bergman" que la actriz sueca y el realizador italiano regalaron al séptimo arte. <<En la mayoría de los casos no es más que una etiqueta. Para mí es sobre todo una postura moral desde la que se observa el mundo. Después se convierte en una postura estética, pero el punto de partida es moral>>. Rossellini definió su sentir respecto al neorrealismo en una de las charlas que mantuvo con Truffaut y Rohmer para Cahiers du cinéma, pero años antes de ser parte activa e indispensable de esa revolución cinematográfica, vivía su adolescencia y su juventud en una Italia controlada por el fascismo al que, según sus recuerdos, su padre se refirió por el color de sus camisas: <<el negro esconde muy bien la suciedad>>. Tras la marcha de Roma en 1922, Mussollini asumió el destino de Italia y en 1925 suprimió la libertad política y también la de prensa, limitando de este modo las opciones de los intelectuales y de los artistas transalpinos que no simpatizaban con su dictadura, la cual, como cualquier otro totalitarismo, controlaba los ámbitos culturales del país. Durante aquellos años de negra juventud, Rossellini sentía predilección por la tecnología, aunque esto no impedía que acudiese a los cines construidos por su padre y disfrutara de películas como ...Y el mundo marcha (The Crowd; King Vidor, 1927). Su interés por el medio cinematográfico fue en aumento, incluso creó un pequeño estudio donde realizar cortometrajes aficionados que nada tenían que ver con las producciones que se rodaban en Cinecittà. Por aquel entonces, en los míticos estudios italianos se filmaron superproducciones épicas, comedias blancas y, ya durante el conflicto bélico (antes de ser desmanteladas y reducidos a la nada), films de propaganda entre los que se cuentan los primeros largometrajes de RosselliniLa nave bianca, Un piloto ritorna y L'uomo della croce. A pesar de su finalidad y su tono panfletario, estos tres títulos evidencian la intención realista que tras la guerra le daría fama mundial. Un ejemplo de esta intención lo encontramos en su primer largo, La nave bianca, en el que prescindió de actores profesionales y expuso parte de la trama desde un estilo cercano al reportaje cinematográfico. Aunque finalmente su perspectiva documental dejó paso al melodrama, aquella primera intención de dotar de verismo a las imágenes anunciaba el tono de sus títulos de posguerra, realizados cuando los efectos de la devastación formaban parte del día a día de pueblos, campos y ciudades.


Concluida la guerra, Italia vivió un periodo de libertad que los cineastas aprovecharon para filmar sin ningún tipo de censura y sin la presión de una industria inexistente en aquel momento. Ante la ausencia de estudios cinematográficos donde realizar sus películas y de ejecutivos que les impusieran sus criterios económicos, emprendedores como Rossellini reunieron el dinero necesario y sacaron las cámaras a las calles. En ellas encontraron los escenarios, los personajes y las historias que dieron pie a un tipo de película más comprometida con la realidad social. Estos espacios reales mostraban la destrucción, el dolor, la miseria o la desesperanza que se observan en el primer Rossellini, y en otros grandes cineastas italianos de posguerra. Por otra parte, el llamado neorrealismo no fue fruto de la casualidad ni de la posguerra, sino de una base ideológica y de la necesidad de los autores de expresar aquello que había sido mantenido oculto durante el régimen caído. Por ello, con la libertad recién adquirida, Giuseppe de Santis, Luchino ViscontiRoberto Rossellini o Vittorio de Sica y los guionistas Cesare ZavattiniSergio Amidei o Federico Fellini emplearon las distintas verdades que encontraban a la luz del día y en la sombra de la noche para ahondar en el alma humana. Considerada por muchos como el título fundacional del neorrealismo, Roma, ciudad abierta mezcla el documental con el melodrama para plasmar la situación vivida por los romanos durante la ocupación alemana, evitando cualquier tipo de retórica. Este punto de arranque tuvo su continuidad y su perfeccionamiento en Paisà y Alemania, año cero, las otras dos obras maestras que componen su "trilogía bélica neorrealista", aunque en un primer momento ninguna de ellas fue bien recibida en Italia y Rossellini tuvo que esperar a su estreno en Francia para que la crítica empezase a considerarlas grandes películas. Como consecuencia de la aceptación crítica, Roma, ciudad abierta y Paisà se convirtieron en éxitos internacionales que llamaron la atención de productores como el estadounidense David O. Selznick, que quiso contratar al responsable de las mismas, aunque el realizador, fiel a su idea cinematográfica, declinó la oferta. Fue por aquel entonces cuando Ingrid Bergman escribió su carta al cineasta, comentando que había visto sus dos películas y que estaba dispuesta a trabajar para él. Este ofrecimiento dio pie al inicio de la colaboración entre el realizador y la actriz en la isla de Stromboli, donde ambos rodarían su primer film común. No obstante, su unión profesional no fue la noticia, como no tardarían en descubrir cuando se vieron rodeados de periodistas y comprendieron que eran el centro del escándalo mediático que significó su otra relación, la personal, —uno de los más sonados de la historia del cine. La noticia de su romance, unida al despecho de Hollywood ante el abandono de una de sus estrellas preferidas y al rechazo crítico de quienes poco antes habían vitoreado el cine de Rossellini, no jugó a favor del éxito de Stromboli terra di Dio, en la que algunos quisieron ver una renuncia al estilo que había dado prestigio a su responsable. Pero la falta de visión de sus contemporáneos no afecta a la hora de valorar otro de sus grandes logros y otro de sus pasos evolutivos y coherentes con su manera de interpretar el cine como medio de mostrar verdades humanas. Tras el inicio de esta relación profesional, tan fructífera como malinterpretada en su momento, el realizador filmó Francisco, juglar de Dios y de nuevo con Bergman de protagonista Europa'51, Nosotras las mujeres, Te querré siempre, Juana de Arco y Ya no creo en el amor, producciones que priman la interioridad de protagonistas enfrentados a sí mismos y al medio que sirve de detonante para su acceso a un estado que, al tiempo que les adentra en una nueva realidad, les aleja de aquella que antes daban por válida. Su serie de películas con la estrella sueca introducen aspectos autobiográficos de su relación con la actriz y consigo mismo, sin embargo, salvo a aquellos críticos franceses que lo consideraban indispensable en la modernización cinematográfica, fueron muchos quienes se mostraron insatisfechos con los resultados de la colaboración Rossellini-Bergman. Para concluir este breve acercamiento a Rossellini, tomaré prestadas algunas de las palabras que Ángel Quintana escribió en su monográfico sobre el realizador transalpino: <<su obra puede considerarse como una larga reflexión casi autobiográfica sobre su entorno —familiar y social— y su concepción del mundo>> y esta reflexión cinematográfica tenía la clara intención de desvelar realidades humanas, sin juzgarlas, mirando <<como un niño que observa las cosas por primera vez>>. Y como un niño que descubre se sentiría en la India, donde realizó una serie documental para la televisión y el largometraje India 58, un punto de inflexión en su cine, el cual, salvo El general Della Rovere Fugitivos en la noche, se decantó por un tono más didáctico en producciones televisivas como La edad del hierro, CartesiusSócrates o Blaise Pascal.


Filmografía como director

La nave blanca (La nave bianca, 1941)
Un pilota ritorna (1941-1942)
L'uomo della croce (1942-1943)
Desiderio (1943-1945)
Roma, ciudad abierta (Roma, città aperta, 1945)
Paisà (1946)
Alemania, año cero (Germania, anno zero, 1947)
El amor (L'amore, 1947-1948)
La macchina ammazzacattivi (1948)
Stromboli (Stromboli, terra di Dio, 1949)
Francisco, juglar de Dios (Francesco, giullare di Dio, 1950)
El diablo siempre pierde. Episodio "La envidia" (L'invidia, 1951)
Europa 1951 (Europa'51, 1951-1952)
Dov'è la libertà? (1952)
Nosotras las mujeres. Episodio Ingrid Bergman (Siamo Donne, 1952)
Te querré siempre (Viaggio in Italia, 1953)
Ya no creo en el amor (La paura, 1954)
Napoli 43 (episodio de Amori de mezzo secolo, 1954)
Juana de Arco (Giovanna d'Arco al rogo, 1954)
Le psychodrame (1956)
L'india vista da Rossellini (1957-1958) (serie documental para televisión)
India, Matri Buhmi (1958) 
El general Della Rovere (Il generale Della Rovera, 1958)
Fugitivos en la noche (Era una notte en Roma, 1960)
Viva Italia (Viva l'Italia, 1960)
Vanina Vanini (1961)
Torino nei cent' anni (1961) (cortometraje para televisión)
Alma negra (Anima nera, 1962)
Illibatezza (episodio del film Rogopag Laviamoci il cervello, 1962)
La edad del hierro (L'età del ferro, 1964) (serie documental para televisión)
La toma del poder por Luis XIV (La prise de pouvoir par Louis XIV, 1966) (película para televisión)
Idea di un' isola (1967) (mediometraje)
La lucha del hombre por la supervivencia (La lotta dell'uomo per sua sopravvienza, 1967-1969) (serie documental para televisión)
Los hechos de los apóstoles (Atti degli Apostoli, 1968) (serie de televisión)
Sócrates (Socrate, 1970) (película para televisión)
La forza e la ragione: entrevista a Salvador Allende (1971)
Blaise Pascal (1971) (película para televisión)
Agostino de'Ippona (1972) (película para televisión)
La edad de Cósimo de Medici (L'età di Cosimo di Medici, 1973) (película para televisión)
Descartes (Cartesius, 1973) (película para televisión)
The World Population (A Question of People) (1974)
Anno uno (1974)
El Mesías (Il Messia, 1975)



Bibliografía

Guarner, José Luis; Roberto Rossellini (3ª Edición, 2006); Editorial Fundamentos, Madrid, 1973
Gubern, Román; Historia del cine; Anagrama. Barcelona, 2014
Quintana, Ángel. Roberto Rossellini. Ediciones Cátedra, S.A. Madrid, 1995
Rossellini, Roberto; El cine revelado; Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona, 2000

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