En los minutos iniciales y finales de Operación masacre, el cineasta marplatense optó por conferir a su película un tono documental y político similar al expuesto por Solanas y Getino en su manifiesto fílmico, de modo que, al tiempo que expone una situación pasada y señala culpables, llama a la acción: <<la revolución del pueblo, dirigida por trabajadores>>. Dicho tono emplea fotografías e imágenes de archivo para explicarnos los momentos previos al 9 de junio de 1956, el día del levantamiento que pretendía devolver a Perón al poder, y el día en el que se desarrolla la acción del film. Desde el inicio, se observa la postura escogida por Cedrón, también la narrativa directa con la que presenta a los personajes en el basurero donde yacen sus cuerpos, algunos sin vida y otros, como Juan Carlos Livraga (Walter Vidarte), heridos. Al igual que otros compañeros, el Livraga real sobrevivió a los fusilamientos, siendo su encuentro posterior con Walsh de vital importancia para que el escritor iniciase la investigación y la redacción de su novela de no ficción. Pero fue Troxler quién se dio vida así mismo en la pantalla para introducir al grupo de fusilados, todos ellos obreros (estibadores, ferroviarios o empleados) con o sin relación con el peronismo. Troxler recuerda a las víctimas, habla de ellos y del peronismo, cuyo significado difiere según el lado desde el cual se mire. Para la oligarquía es el enemigo (y <<la caída de Perón fue una fiesta>>) y para quienes lo defienden se convierte en un símbolo del pueblo y, como reflexiona el narrador, de <<la larga marcha hacia la patria socialista>>, más allá de individuo que da nombre al movimiento. Mezclando imágenes documentales con artículos periodísticos, la película se adentra en la noche que conduce a ese grupo de hombres a compartir la estancia donde escuchan un combate de boxeo, antes de la irrupción de la policía y de su traslado a la comisaría donde descubren que se ha producido el levantamiento. Ellos poco o nada saben de la revolución, si ha triunfado o no, algunos tampoco comprenden el por qué de su arresto y ninguno sabe qué les depara el futuro inmediato. La exposición de Jorge Cedrón es cruda y realista, como dura y real es la situación por la que atraviesan quienes empiezan a intuir que algo no marcha bien en el edificio donde se les interroga y donde el inspector jefe Rodríguez Moreno (Raúl Parini) recibe la orden que no desea cumplir, -<<¡justo a mí me tenía que tocar!>>-, pero que acata sin oponerse, consciente del riesgo que implica desobedecer.
martes, 9 de enero de 2018
Operación masacre (1972)
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