El segundo cortometraje del popular actor y cantante argentino Leonardo Favio anuncia lo que se verá cinco años después en su primer largometraje, Crónica de un niño solo (1965), pero, además, en El amigo (1960) ya establece su compromiso, sus intereses y su discurso. Decide que tipo de cine será el suyo y se posiciona al lado del niño protagonista. Muestra su deseo, su soledad, su experiencia vital trabajando de limpiabotas a la entrada de una feria, pero también nos introduce en sus sueños; los de un pequeño que fantasea tener un amigo, pues ¿qué mayor tesoro en la infancia que la amistad? Esa complicidad en el juego y en la propia fantasía, común a la inocencia del niño protagonista que, a lo largo de los diez minutos de metraje, escapa de su suerte, la que le ha llevado al lado menos luminoso. La desigualdad social se observa en un espacio lúdico, en los dos niños, imágenes en apariencia opuestas, pero intercambiables o, dicho de otro modo, la imagen de la infancia. Uno, llega acompañado de su padre para divertirse en las atracciones del parque; el otro, solitario y llamando la atención sobre posibles clientes, envidia la suerte de aquel a quien pronto convierte en personaje de su sueño. Ahí, en el mundo onírico donde se dice que todo es posible, el muchacho intercambia los papeles. Ahora él es el niño consentido e inicialmente rechaza al pobre —sensación de rechazo y aislamiento que él mismo siente en la realidad de la que escapa cerrando los ojos o con ellos abiertos—, pero a quien no tarda en convertir en su amigo. Esa es su felicidad, la ilusión que le posibilita huir de la miseria. El niño protagonista sueña despierto, crea su mundo propio donde alcanzar la felicidad que se le niega, la cual, vista así, solo es posible en su fantasía, que le aleja del entorno donde trabaja limpiando zapatos ajenos y donde, en su soledad, desea un amigo con quien jugar. La influencia del neorrealismo italiano es más de fondo que de estilo, pero queda en el oficio del niño, que es el mismo trabajo que da título (en castellano) a El limpiabotas (Sciuscià, 1946), una de las grandes obras neorrealistas de Vittorio De Sica y Cesare Zavattini…
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