martes, 3 de octubre de 2023

Thea von Harbou, de profesión guionista

Habitual colaboradora de Fritz Lang, con quien estuvo casada desde 1922 hasta su divorcio en 1933 [con anterioridad lo había estado con el actor Rudolf Klein-Rogge, entre 1914 y 1921, y posteriormente con el periodista indio Ayi Tendulkar, con quien contrajo matrimonio en la clandestinidad, haciendo caso omiso a la prohibición de matrimonios interétnicos decretada por el régimen nazi], Thea von Harbou también colaboró con otros destacados cineastas del momento, tal como Joe May, quien dirigió el primero de sus guiones; Friedrich Wilhelm Murnau, en cuatro ocasiones; Carl Theodor Dreyer, en su película alemana Mikael (1924); E. A. Dupont; Gerhard Lamprecht o Josef von Báky, el cineasta con el que más colaboró durante el nazismo. Sus más de sesenta guiones acreditados se extiende por tres periodos diferentes del cine alemán: entreguerras, el nacionalsocialismo y la posguerra. Pero más que la cantidad, destaca la calidad y la importancia de varios de ellos, que la sitúan en lo más alto del cine alemán del periodo silente alemán —Las tres luces (Der müde Tod, 1921), el díptico Los Nibelungos (Die Nivelungen, 1924) o Metrópolis (1927)— y de los albores del sonoro, periodo en el que destacan M, el vampiro de Düsseldorf (M-Eine stadt sucht einen mörder, 1931) y El testamento del doctor Mabuse (Das testament des Dr. Mabuse, 1932-1933), ambas realizadas por Fritz Lang. Ya con Alemania bajo el poder nazi, Thea von Harbou se afilió al partido nazi y dirigió sus dos películas: La santa y el loco (Elizabeth und der Narr, 1933) y Hanneles Himmelfahrt (1934), tras las que volvería a los guiones. Concluida la guerra, los aliados, como hicieron con tantos y tantas, estudiaron su militancia en el partido nazi y concluyeron que debería pasar un año limpiando escombros. Ella les había asegurado que su afiliación al partido se debió a su intención de defender a los hindúes afincados en Alemania; la prueba, su tercer matrimonio. Fuese este u otro el motivo, lo único que la guionista había hecho durante los años de nacionalsocialismo fue lo mismo que los anteriores y los posteriores, dedicarse al cine, para el que volvería a escribir hasta el final de sus días.

Como indica su “von”, entre Thea y Harbou, esta imprescindible del cine alemán nació en el seno de una familia aristocrática, en 1888. Lo cierto es que en su niñez no le falto de nada. Tuvo una educación privilegiada, tocaba el piano y el violín, y se acostumbró a temprana edad a tomar sus decisiones. Así, llegado el momento, no dudó en mandar a paseo las comodidades familiares. Ella valía lo que quería y quería valerse por sí misma. Lo hizo cuando quiso ser actriz, y su padre se opuso sin el menor éxito. Buena era una niña prodigio, y quizá caprichosa, como ella para soportar imposiciones de nadie. De modo que continuó con su empeño y, sobre las tablas o entre bambalinas, conoció a quien sería su primer marido y el futuro protagonista de varios de sus guiones. Con Rudolf Klein-Rogge se casó en 1914 y se divorciaría en 1920. Entremedias, la Gran Guerra, la revolución en Alemania y, en su particular, el convertirse en actriz teatral, que fue su primer paso artístico, pero no cuajó. Sin embargo, una mujer de su talento, cultura y recursos no iba a rendirse por un traspiés escénico, así que se puso a escribir novelas —aunque el “se puso” no es del todo justo, ya llevaba escribiendo desde los trece años—. Su siguiente paso sería el cine, en el seno de la Joe May Co. En la productora de May conoció a quien sería su segundo marido y uno de los más grandes cineastas de la historia. El primer guion de von Harbou, Die legende von der heiligen Simplicia (1920), lo dirigió el propio Joe May, por entonces uno de los cineastas y productores más importantes de Alemania. El segundo, La virgen de la nieve (Das wandernde, 1920) fue llevado a la pantalla por Lang. Era el principio de una gran colaboración, la cual se prolongó en trece películas, once de las cuales fueron dirigidas por el realizador austriaco. De su relación profesional, destaca todo, de Las tres luces hasta El testamento del doctor Mabuse, pasando por el primer Mabuse y visitando las dos partes de los Nibelungos, deteniéndose en Metrópolis y Los espías (Spione, 1928), viajando con La mujer en la luna (Frau im Mond, 1929) y, por supuesto, recorriendo las calles de la ciudad en M. Cuando se produjo su debut como guionista, ya había publicado varías novelas, entre ellas, La tumba india (1918), que iba a ser adaptada a la pantalla por quien todavía no era su marido. Pero, finalmente, Lang tendría que esperar casi cuarenta años, hasta 1957, para realizar su versión, la más famosa de las tres realizadas hasta la fecha; la guionista y novelista había fallecido tres años antes, en 1954.


Filmografía (incompleta)


Die legende von der heiligen Simplicia (Joe May, 1920)

La virgen de la nieve (Fritz Lang, 1920)

Frauen von Gandeamus (Robert Dinesen y Joe May, 1921)

Vier um die Frau (Fritz Lang, 1921)

La tumba india: la misión del Yoghi (Joe May, 1921)

La tumba india: el tigre de Esnapur (Joe May, 1921)

Las tres luces (Der müde Tod, Fritz Lang, 1921)

La tierra en llamas (Der brennende Acker, Friedrich Wilhelm Murnau, 1922)

Doctor Mabuse (Fritz Lang, 1922)

El nuevo Fantomas (Phamton, Friedrich Wilhelm Murnau, 1922)

Die Austreibung (Friedrich Wilhelm Murnau, 1923)

Las finanzas del gran duque (Friedrich Wilhelm Murnau, 1924)

Los Nibelungos. La muerte de Sigfrido (Fritz Lang, 1924)

Los Nibelungos. La venganza de Brunilda (Fritz Lang, 1924)

Mikael (Carl Theodor Dreyer, 1924)

Metrópolis (Fritz Lang, 1927)

Los espías (Spione, Fritz Lang, 1928)

La mujer en la luna (Fritz Lang, 1929)

M, el vampiro de Düsseldorf (Fritz Lang, 1931)

El primer derecho de un hijo (Das erste Recht des Kindes, Fritz Wendhausen, 1932)

El corredor de maratón (Der läufer von Marathon, Ewald André Dupont, 1933)

El testamento del Dr. Mabuse (Fritz Lang, 1933)

La santa y el loco (Elizabeth und der Narr, Thea von Harbou, 1933)

Hanneles Himmelfahrt (1934)

El rey soldado (Der alte und der junge Köning, Hans Steinhoff, 1935)

Turandot, princesa de la China (Gerhard Lamprecht, 1935)

El cántaro roto (Der zerbrochene krug, Gustav Uciky, 1935)

Un marido ideal (Ein idealer Gatte, Herbert Selpin, 1935)

Lo que puede un hombre (Die unmögliche Frau, Johannes Mayer, 1936)

El soberano (Der Herrscher, Veit Harlan, 1938)

Tú eres mi felicidad/Solo para ti (Mutterlied, Carmine Gallone, 1937)

El tigre de Esnapur (Der tiger von Eschnapur, Richard Eichberg, 1938)

La tumba india (Das indische Grabmal, Richard Eichberg, 1938)

¡Hurra! ¡Yo soy papá! (Hurra, ich bin Papa!, Kurt Hoffman, 1939)

La manzana de Adán (Lauter Liebe, Heinz Rühmann, 1940)

Clarissa (Gerhard Lamprecht, 1941)

Annalie (Josef von Báky, 1941)

Via Mala (Josef von Báky, 1945)

Fahrt ins Glück (Erich Engel, 1948)

Vendrá un día (Es kommt ein Tag, Rudolf Jurgert, 1950)

Doctor Holl. Historia de un gran amor (Dr. Holl, Rolf Hausen, 1951)

Dein Herz ist meine Heimat (Richard Häuser, 1953)

El tigre de Esnapur (Fritz Lang, 1957)

La tumba india (Fritz Lang, 1957)

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