La introducción de La ofensa (The Offense, 1972) remarca su carácter psicológico mostrando el espacio (la comisaría) y los personajes como si formasen parte de la pesadilla sufrida por el veterano sargento Johnson (Sean Connery), pues, al llegar a él y encuadrar su rostro desorientado, que recupera su lucidez, las imágenes alteradas en su ritmo y en su nitidez —agudizada su paranoia con el uso de notas musicales que las acompañan— asumen su pulso natural, aunque sin que la tensión y el desasosiego generados desaparezcan de la atmósfera fílmica pretendida y lograda por Sidney Lumet. Minutos después, cuando se comprende que el sargento investiga los secuestros y violaciones de varias niñas de doce años, la rabia, la furia y la impotencia que laten en el policía interpretado por Connery, en un papel arriesgado —más si cabe para alguien a quien todavía asociaban con el héroe invencible y chulesco de la saga Bond— y de gran complejidad del que sale triunfante, se dejan ver en su rostro y escuchar en palabras que evidencian sus prisas por dar con el criminal y así evitar nuevas víctimas. El arranque evidencia que La ofensa es un film psicológico, pero decir que una película de Lumet presenta profundidad psicológica es referirse a la mayoría de sus películas, puesto que sus protagonistas están en situaciones que desnudan su carácter y lo ponen a prueba en situaciones extremas que afectan sus mentes, más que sus cuerpos: el jurado de 12 Angry Men (1956), el presidente de Fail Safe (1964) el prestamista, el profesor de Childs’s Play (1972), Serpico o el sargento Johnson, cuya furia se desata sobre Baxter (Ian Bannet) a quien considera culpable de los delitos. En ese instante, sin que inicialmente apenas nos demos cuenta, Lumet explica la escena que abre La ofensa, puesto que la pesadilla es real y corresponde a ese momento de violencia en el que el policía habla, castiga y golpea al sospechoso para sacarle una confesión que no logra y, quizá inconscientemente, también para descargar la rabia creciente, apenas contenida, desde que se empezaron a producir los asaltos a las niñas. Esto en apariencia, la realidad se descubre al final, en unas escenas de gran intensidad emocional y de violencia tanto física como mental.
viernes, 28 de enero de 2022
La ofensa (1972)
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