Un ascensor inteligente y con conciencia de ser, también sería consciente de su existencia y que esta se reduciría a vivir en un continuo arriba y abajo, fruto de los caprichos, comodidades, intereses o necesidades de sus usuarios, que se convertirían en parte de su cotidianidad laboral y puede que personal. Autora teatral, guionista ocasional, liberal, blanco de la caza de brujas y mucho más, Lillian Hellman (1905-1984) no fue un ascensor, fue una mujer independiente, liberal, de carácter difícil y de sobrado talento dramático. Ella misma reconocía que no era una persona fácil y The Children's Hour o Little Foxes corroboran su talento y su intención transgresora. En su primera pieza teatral, The Children Hour's, criticó la intolerancia y los prejuicios morales que destruyen a dos mujeres que se aman. A pesar de las dudas sobre su acogida, fruto de una temática tabú para 1934, su paso por los escenarios resultó tal éxito que la convirtió en una de las autoras más populares y destacadas del panorama escénico estadounidense de la época. Pero pronto sobrevino el fracaso. Su segunda obra, Days to Comen, fue mal recibida por parte de la crítica y del público y, aparte de la decepción que significaría su rechazo, implicó temores, dudas y la comprensión de que su realidad laboral era similar a la del elevador del inicio del comentario. <<El fracaso de un segundo trabajo es, creo, más perjudicial para un escritor que cualquier fracaso pueda volverlo a ser. [...] Pasaría dos años antes de que pudiera escribir otra obra, The Little Foxes, y cuando lo conseguí estaba tan aterrorizada que la escribí nueve veces.>>* Tanto en un edificio como en el mundo teatral, arriba y abajo, abajo y arriba, son distancias que se recorren de continuo, a veces por uno mismo y otras por los caprichos, las necesidades o los intereses ajenos. Y de nuevo el sube y baja, y de nuevo en lo más alto del ámbito teatral con Little Foxes, en la que el blanco de su certera mirada fue su familia materna, que durante el siglo anterior había asumido la esclavitud como una de sus fuentes de ingreso. La mayoría de sus obras, entre ellas Watch on the Rhine y Juguetes en el ático, fueron adaptadas a la pantalla y en 1977 Fred Zinnemann dotó de imagen y sonido al tercer capítulo de Pentimento en la película Julia. Pentimento fue uno de los tres libros autobiográficos de la autora, posiblemente la más destacada de la historia teatral estadounidense, que en las páginas de su texto rememora su juventud, sus relaciones y su oficio, aunque este solo asume protagonismo en un capítulo. A quien alude de continuo es Dashiell Hammett, como también lo hace en su narración sobre la caza de brujas que da forma a Tiempo de canallas. Figura clave en la literatura policíaca, nos habla de Hammett y de la relación de altibajos que compartieron durante tres décadas, hasta el fallecimiento del novelista. En pocas líneas, la autora también recuerda cómo se produjo su contacto con el cine, de mano del pionero cinematográfico y productor independiente Samuel Goldwyn, quien no dudó en hacerle una propuesta poco después del sonado éxito de The Children's Hour. <<Recibí una oferta para escribir guiones cinematográficos para Samuel Goldwyn [...] Me había contratado para escribir una estupidez anacrónica, confiando que la podría dejar presentable, para que la dirigiera Sidney Franklyn.>>* El magnate fue el responsable de que Hellman llegase a Hollywood y trabajase junto a William Wyler en la adaptación de su primera obra. Wyler volvería en varias ocasiones a contar con la colaboración o con material de la escritora y esta relación profesional dio sus frutos en Esos tres, la adaptación de la primera obra de Hellman, en su posterior revisión en La calumnia, Calle sin salida, La loba o, sin acreditar, en El Forastero. Quizá sean estos trabajos cinematográficos los más populares de la escritora, aunque no fueron los únicos. Pero, al igual que su oficio teatral y que la vida del ascensor, a veces se llega a subsuelo sin apenas percatarse cómo. En la cima o hundida en el fango, la vida de esta escritora sufrió uno de sus peores momentos cuando el Comité de Actividades Antiestadounidenses se lanzó a la persecución de cualquier sospechoso de ser miembro o de simpatizar con el partido comunista. Las purgas dentro de la administración Truman fueron constantes durante los últimos años de la década de 1940 e inicios de la siguiente, pero, al no tener más funcionarios que limpiar, el Comité decidió volcar todo su esfuerzo en los intelectuales, sobre todo en los escritores, dramaturgos y guionistas. El primer toque de atención lo sufrió cuando encarcelaron a Hammett por haber pertenecido al partido comunista, después, ella misma se enfrentó ante el inquisitorio de senadores y congresistas, pero se acogió a la quinta enmienda y se negó a dar nombres. La detención de Dashiell Hammett y la negativa de la dramaturga tuvieron sus consecuencias inmediatas: de la riqueza pasaron a tener que vender sus posesiones y a una difícil situación económica y personal que la escritora nunca pudo olvidar, como corrobora la escritura de Tiempo de canallas. Fueron años oscuros, años en los que su nombre figuró en la lista negra de Hollywood y, por tanto, de ver como la industria cinematográfica, también la radio y la televisión, le cerraban las puertas hasta la década de 1960, cuando ya desinteresada por el cine participó en los guiones de Juguetes en el Ático -basada en su obra estrenada con gran éxito en 1960- y la contundente y crítica La jauría humana. En la actualidad, el ascensor de la memoria ha llevado su nombre hasta la parte alta, donde, sin duda, por sus contribuciones al teatro y, en menor medida, al cine, le corresponde permanecer, al menos hasta que se pulse el botón que descienda a la planta del olvido.
Filmografía
El ángel oscuro (The Dark Angel; Sidney Frankin, 1935)
Esos tres (These Three; William Wyler, 1936)
Tierra de España (The Spanish Earth; Joris Ivens, 1937) (sin acreditar)
Calle sin salida (Dead End; William Wyler, 1937)
El vaquero y la dama (The Cowboy and the Lady; H.C. Potter, 1938) (sin acreditar)
El forastero (The Westerner; William Wyler, 1940) (sin acreditar)
La loba (Little Foxes; William Wyler, 1941)
Estrella del norte (The North Star; Lewis Milestone, 1943)
Alarma en el Rin (Watch on the Rhin; Herman Shumlin, 1943)
The Searching Wild (William Dieterle, 1946)
Otra parte del bosque (Another Part of the Forest; Michael Gordon, 1948)
La calumnia (The Children's Hour; William Wyler, 1961)
Juguetes en el ático (Toys in the Attic; George Roy Hill, 1963)
La jauría humana (The Chase; Arthur Penn, 1966)
Julia (Fred Zinnemann, 1977)
Obra literaria
The Children's Hour (1934)
Days to Come (1936)
The Little Foxes (1939)
Watch on the Rhine (1941)
The Searching Wind (1944)
Another Part of the Forest (1946)
The Autumn Garden (1951)
Toys in the Attic (1960)
An Unfinished Woman: A Memoir (1969)
Pentimento (1973)
Scoundrel Time (1976)
Maybe (1980)
Three (1980)
*Hellman, Lillian. Pentimento. (traducción Marta Pessarrodona). Argos Vergara, Barcelona, 1977
Obra literaria
The Children's Hour (1934)
Days to Come (1936)
The Little Foxes (1939)
Watch on the Rhine (1941)
The Searching Wind (1944)
Another Part of the Forest (1946)
The Autumn Garden (1951)
Toys in the Attic (1960)
An Unfinished Woman: A Memoir (1969)
Pentimento (1973)
Scoundrel Time (1976)
Maybe (1980)
Three (1980)
*Hellman, Lillian. Pentimento. (traducción Marta Pessarrodona). Argos Vergara, Barcelona, 1977
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