No hay más crédito que el del título de la película y de la productora: Broncho; pues en aquel momento todavía no existía la “necesidad” de la autoría ni la de asociar los rostros con nombres que se harían populares y se convertirían en reclamo para el público. Esto no tardaría en cambiar, pero en los primeros trabajos de Thomas Harper Ince no hay necesidad de acreditar quien hace de héroe ni quien de villano, quien de heroína ni quien es el director o quien el operador; de ahí la dificultad para recordar a tantos “quienes” que participaron en aquellos primeros films realizados en Inceville y en otros estudios de la época. Por entonces, lo que a Ince (y demás pioneros sobre el terreno de la filmación) le interesaba eran las posibilidades de las imágenes y, salvo por la ausencia de entidad psicológica en los personajes y de la complejidad temática de futuros westerns —complejidad que en los albores del cine a nadie importaba—, The Struggle (1913) acumula, en su apenas media hora de metraje, las situaciones que configuran el género del Oeste. Tanto el uso de los espacios abiertos como de situaciones que serán tópicos y típicas del western, el director y productor Thomas H. Ince introduce en su película el buscador de oro, el villano, el héroe, falsamente acusado de la muerte de aquel que mató a su padre y convertido en fuera de la ley, el borracho del pueblo, el salón, centro neurálgico, local de juego y peleas, los indios en pie de guerra, la diligencia perseguida y la caballería al rescate, como momento cumbre que ya aparece en Los invasores (The Invaders, Francis Ford y Thomas H. Ince, 1912). Por supuesto, también insinúa el romance, pero eso ya le importa menos, pues lo que interesa es dotar de ritmo y velocidad a la acción. Con Ince el western se hace veloz y gana atractivo. Sabía lo que quería para sus películas: un “no parar” que atrapase al público, que no le dejase tiempo alguno para bostezar y le impidiese dejar de mirar la pantalla. Lo consiguió, al menos en este film; uno de los suyos que se conserva. Gran parte de su obra (compuesta por más de seiscientas producciones) se ha perdido, lástima, pero con Ince y films como The Struggle, cuya historia es lo de menos, pues su argumento solo es la excusa para poner en marcha la acción, el western cobró su forma…
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