miércoles, 5 de octubre de 2016

King Vidor. El sueño de crear imágenes

Las grandes películas de King Vidor nacieron de una comprensión cinematográfica en constante evolución, de su idealismo y de la visión creativa que le llevó a ser uno de los grandes de Hollywood. Allí trabajó desde finales de la década de 1910 hasta 1959, cuando, cansado del panorama dominante en la industria que había ayudado a engrandecer, puso punto final a su trayectoria profesional dentro del sistema. Los nuevos ejecutivos de los estudios primaban en exceso el beneficio rápido, priorizaban los caprichos de las estrellas, alteraban las distribuciones de las películas según sus intereses o mutilaban los montajes de los cineastas, de modo que, tras el varapalo sufrido con Guerra y paz (War and Peace, 1956) y el decepcionante rodaje de Salomón y la reina de Saba (Salomon and Sheba; 1959), Vidor fue honesto consigo mismo y abandonó su profesión, aunque seguiría ligado al cine, realizando los proyectos experimentales que cierran su excelsa filmografía. Como la de Griffih, Ince, Senneck, Chaplin, DeMille, Dwan, Ford, Keaton, Walsh y tantos otros, en su mayoría olvidados en la actualidad, la narrativa de Vidor se nutre de la experiencia, de los conocimientos adquiridos durante las distintas etapas evolutivas del lenguaje visual y de un sentido narrativo innato, fuera del alcance de quienes llegarían más tarde. Ninguno de aquellos realizadores acudió a una escuela de cine, todavía inexistentes. La escuela era su día a día, sus relaciones y las influencias que cada uno adaptaba a su perspectiva artística. La mayoría tuvieron contacto con el nuevo medio a partir de los cortometrajes de Méliès, de las películas producidas en la Edison, muchas de las cuales fueron filmadas por Edwin S.Porter, de las dirigidas por David Wark Griffith, de aquellas producciones llegadas de Europa, francesas primero, italianas como Cabiria (Giovanni Pastrone, 1913) después y, más adelante, de los nuevos movimientos cinematográficos surgidos tras la Primera Guerra Mundial, como serían el expresionismo, el cine de vanguardia o el realismo social soviético, que también influirían en mayor o menor medida en unos y otros. Vidor recordaba en sus memorias que Viaje a la Luna (Le voyage dans la Lune; Georges Méliès; 1902) fue la primera película que vio, del mismo modo, en las páginas de un Árbol es un árbol (A Tree Is a Tree, 1953, 1981), reconoció la vital importancia de David W.Griffith en el desarrollo y modernización del lenguaje visual o comentó que su pasión por el cine nació en su Galveston (Texas) natal. Allí empezó a sentir interés por las películas, tanto que, durante sus vacaciones escolares, trabajó en la única sala de proyección que había en la ciudad. Día tras día, quien se convertiría en el responsable de El gran desfile (The Big Parade, 1925), observaba escenas, encuadres, movimientos de actores y actrices en pantalla, distintas iluminaciones, en definitiva, imágenes que le servirían más adelante. Su primer contacto con la dirección se produjo en su adolescencia, cuando empleó la cámara casera de un amigo para filmar el huracán que asoló la costa texana por aquellos días de su juventud. El camino para que aquel adolescente soñador, creativo y orgulloso, se convirtiera en realizador había empezado, pero sabía que tenía que tomar la iniciativa para alcanzar su meta. Todavía en Texas, realizó el documental The Grand Military Parade (1913), pero, consciente de que el futuro del cine se encontraba California, subió a su viejo Ford T, sin apenas dinero, en compañía de Florence Vidor, su primera mujer y futura actriz, y de su socio de por aquel entonces y se trasladó a Hollywood, donde, como cualquier otro joven en su posición, hubo de aguardar a que le llegara su oportunidad. Esta se produjo con producciones de bajo presupuesto, en un ciclo de cortometrajes que le permitieron perfeccionar su estilo narrativo, uno de los más modernos y destacados de la época, hasta convertirse en el cineasta estadounidense más prestigioso de la segunda mitad de los años veinte. Pero lo más interesante de la obra cinematográfica de Vidor reside en su tono sincero, en su constante búsqueda de evolucionar y en su acercamiento al individuo desde las imágenes de títulos emblemáticos como El gran desfile (The Big Parade, 1925), ...Y el mundo marcha (The Crowd, 1928), Espejismos (Show People, 1928), Aleluya (Hallelujah, 1929), La calle (Street Scene, 1931), El pan nuestro de cada día (Our Daily Bread, 1934), Duelo al sol (Duel in the Sun, 1946) o El manantial (The Fountainhead, 1949). Como creador, su arte evolucionó a lo largo de las distintas etapas que vivió el medio cinematográfico, desde el esplendor del cine mudo, pasando por la irrupción del sonido y la aparición del color, hasta el éxito de la televisión y la amenaza que significó para la industria cinematográfica. Pero, por si algo destaca el cine más personal de Vidor, es por su perspectiva vital y por su identidad artística, aquella de la que no quiso renegar y que le convenció para apartarse de un medio que, en la década de 1950, había entrado en crisis y parecía rechazar a los creadores de su talla. La industria cinematográfica de Hollywood había cambiado y los cineastas con inquietudes tenían que enfrentarse a las imposiciones y a los intereses de terceros, ajenos a las intenciones artísticas y creativas de aquellos, ya que por encima de cualquier otro aspecto, para los dueños de las compañías el cine era y es una industria, algo lógico por otra parte, como también lógico sería buscar el equilibrio entre el arte y el beneficio económico, porque, como dejó escrito este soñador: <<la expresión individual es la fuerza del drama, del arte y de las películas>> y sin ella, por mucho dinero que se invierta y se recaude, el Cine (también la Literatura o la Música) como arte y medio de expresión de ideas, inquietudes o fantasías está condenado a desaparecer entre la mediocridad comercial dominante.





Filmografía como director


Huracán en Galveston (Hurricane in Galveston; 1913)
The Grand Military Parade (1913)
The Turn in the Road (1918)
Better Times (1919)
The Other Half (1919)
Poor Relations (1919)
The Jack Knife Man (1919)
The Family Honor (1920)
The Sky Pilot (1921)
Love Never Dies (1921)
Conquering the Woman (1922)
Woman, Wake Up (1922)
The Real Adventure (1922)
Dusk to Dawn (1922)
Tin Tin de mi corazón (Peg o'My Heart, 1923)
The Woman of Bronze (1923)
Tres solterones discretos (Three Wise Fools, 1923)
Flor del camino (Wild Orange, 1924)
Happiness (1924)
Wine of Youth (1924)
His Hour (1924)
La mujer del centauro (Wife of the Centaur; 1925)
Proud Flesh (1925)
El gran desfile (The Big Parade; 1925)
Vida bohemia (La Bohème, 1926)
El caballero del amor (Bardelys, the Magnificent; 1926)
...Y el mundo marcha (The Crowd, 1928)
La que paga el pato (The Patsy; 1928)
Espejismos (Show People; 1928)
Aleluya (Hallelujah; 1929)
Dulcy (Not so Dumb; 1930)
Billy the Kid (1930)
La calle (Street Scene; 1931)
 El campeón (The Champ; 1931)
Ave del paraíso (Bird of Paradise; 1932)
Su único pecado (Cynara; 1932)
Stranger's Return (1933)
El pan nuestro de cada día (Our Daily Bread; 1934)
Noche nupcial (Wedding Night; 1935)
Paz en la guerra (So Red the Rose; 1935)
The Texas Rangers (1936)
Stella Dallas (1936)
La ciudadela (The Citadel; 1938)
Paso al noroeste (Northwest Passage; 1940)
Camarada X (Comrade X; 1940)
Cenizas de amor (H.M.Pulham, Esq.; 1941)
An American Romance (1944)
Duelo al sol (Duel in the Sun; 1946)
El manantial (The Fountainhead; 1949)
Más allá del bosque (Beyond the Forest; 1949)
La luz brilló dos veces (Lightning Strikes Twice; 1951)
Japanese War Bride (1952)
Pasión bajo la niebla (Ruby Gentry; 1952)
La pradera sin ley (Man without a Star; 1955)
Guerra y paz (War and Peace; 1956)
Salomón y reina de Saba (Solomon and Sheba, 1959)
Truth and Illusion: An Introduction to Metaphysics (1964)
Metaphor (1980) (mediometraje)

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