Tres edades (1923)
El debut en la pantalla de Buster Keaton se produjo en 1917, en el cortometraje protagonizado por Roscoe Arbuckle Fatty, asesino (The Butcher Boy, 1917), a partir de entonces Keaton se dejaría ver en trece películas más de Arbuckle, una de las grandes estrellas cinematográficas del momento, que vio como su estela se apagaba como consecuencia de un escándalo que acabó con su carrera. Todo lo contrario le sucedió a Keaton, que en 1920 asumió la dirección de Una semana (One Week, 1920), un corto que le sirvió para alejarse de sus interpretaciones anteriores, pero también para ir perfilando un personaje capaz de resolver situaciones complejas como las planteadas en El navegante (The Navigator,1924), en El maquinista de la general (The General, 1926) o en El héroe del río (Steamboat Bill, Jr., 1928), y lo hacía desde el innegable ingenio de un cómico irrepetible que eliminó cualquier atisbo de sonrisa de su rostro, seña de identidad de un personaje a la altura del vagabundo creado por Charles Chaplin o del chico de gafas de concha y sombrero de paja de Harold Lloyd. Sin embargo no fue hasta 1923 cuando este genial clown dirigió su primer largometraje (en colaboración con Eddie Cline), Tres edades (Three Ages, 1923), una comedia en la que parodió a David Wark Griffith y su Intolerancia (Intolerance, 1916), película que también inspiró a Carl Theodor Dreyer para realizar Páginas del libro de Satán (Blade af Satans bog, 1919) o a Cecil B.DeMille para hacer lo propio en Los diez mandamientos (The Ten Commandments, 1923).
Al igual que Griffith, Keaton dividió la historia, ideada por sus colaboradores habituales Clyde Bruckman, Jean Havez y Jospeh Mitchell, en periodos históricos distintos, que se combinan entre sí para satirizar la involución humana a través del tiempo, pero en su caso centrándose en el amor y en los celos. Esta perspectiva humorística, que ironiza sobre el comportamiento, se desarrolla en la Edad de Piedra, en la Antigua Roma y en la época contemporánea al autor, pero nada de lo que acontece durante los tres periodos, salvo contadas situaciones, varía, ni siquiera el reparto, encabezado por el propio Keaton, que interpretó al joven que lucha por el amor de la chica (Margaret Leahy) contra un rival (Wallace Beery) a quien, en las tres épocas, se considera un triunfador, lo cual recalca la mínima evolución de los personajes a lo largo de los siglos, pero también provoca que por momentos la película sea repetitiva, aunque algunas de las escenas de Tres edades son gags que no desentonan dentro de la filmografía de uno de los genios incontestables de la comedia cinematográfica.
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