En 1955, hacia el final de su excelente carrera cinematográfica, Georg Wilhelm Pabst realizó Sucedió el 20 de Julio, film en el que abordó el famoso atentado con el que se pretendía acabar con la vida de Hitler y con su régimen de terror. Más de medio siglo después, el director Bryan Singer realizó su propia recreación de aquellos hechos, que apenas difieren en la segunda mitad de su película a los expuestos por el realizador alemán, sin embargo, la perspectiva presentada por Singer, entretenida, por momentos tensa, muestra aspectos que su predecesora omite para centrarse exclusivamente en el hecho en sí. Valkiria (Valkyrie) se inicia con la decepción que se descubre en el coronel Stauffenberg (Tom Cruise) durante la campaña de África, donde, tras un ataque aéreo, pierde una mano y un ojo. Poco después de ese hecho puntual, que lleva al personaje central de la historia a un hospital militar, la acción se traslada al frente ruso donde se muestra al general Tresckow (Kenneth Branagh), miembro de la organización que pretende derrocar al régimen, planificando un nuevo atentado contra el líder nazi, pero, al igual que los anteriores, éste fracasa. De ese modo se conoce la existencia de un grupo de oficiales y políticos disconformes con la situación político-social que se vive en su país, deseosos de cambiar el destino de una nación que se encuentra en manos de un individuo que inevitablemente la conducen a la destrucción. Dicho cambio también es anhelado por el coronel, aunque muestra dudas a la hora de tomar la decisión más importante de su vida militar, aquélla que implica traicionar a su patria y poner en peligro la vida de los suyos, sin embargo, el primer motivo no es real, él lo sabe, como también sabe que de permanecer impasible sí estaría traicionado a su país, que necesita un giro inmediato en su presente destructivo. El Stauffenberg interpretado por Tom Cruise ofrece una perspectiva íntima que no aparece en el recreado por Bernhard Wicki en su precedente alemana; en este punto, Singer esbozó la relación sentimental que el oficial mantiene con su esposa (Carice van Houten) e hijas, en ellas encuentra la razón para unirse al complot y convertirse, poco después, en el auténtico motor del mismo. La primera parte de Valkiria expone estos hechos al tiempo que presenta a los implicados en la conjura, además de un segundo intento de atentado que en última instancia no se materializa como consecuencia de la ausencia del objetivo. La segunda parte de la película se centra en el día 20 de julio, y muestra un paralelismo innegable con lo expuesto por Pabst, incluso se descubren un par de secuencias que se pueden observar en la producción alemana de 1955 (la escena en la que el coronel telefonea para salir de la guarida del lobo o la de la detención llevada a cabo por el general Fromm (Tom Wilkimson), cuando éste reniega del nombre de Stauffenberg); no obstante Bryan Singer supo mantener el pulso narrativo a lo largo de los minutos, que siempre apuntan hacia ese instante crucial en el que la bomba falla y el encargado de poner en marcha la operación Valkira, el general Olbricht (Billy Nighy), muestra sus dudas, retrasando la acción durante un tiempo precioso y vital, que a la larga provoca el fracaso que Stauffenberg intenta evitar cuando regresa a Berlín y asume el mando de una sublevación que expone el sentir de todos y cada uno de los implicados en una trama que pudo poner punto y final a uno de los periodos más negros de la Historia.
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