La lucha de clases de Los camaradas se ubica en ese espacio concreto, Torino, y en un tiempo identificado al principio del film, cuando los obreros y las obreras son oprimidas y explotadas por aquellos que las controlan. El miedo, la ignorancia y la falta de entendimiento entre estos trabajadores que tan solo pretenden sobrevivir, les lleva a aceptar condiciones laborales que rozan la esclavitud. De tal manera, el día a día de la gran mayoría resulta miserable, pero lo aceptan porque es el único medio que conocen para que llevar comida a sus hogares.
La jornada de catorce horas hace que los trabajadores de la fábrica se vean superados por el esfuerzo, hecho que se traduce en un número elevado de accidentes. Las colectas para ayudar a aquellos que pierden algún miembro durante la realización del trabajo es algo habitual, y empieza a ser una rutina intolerable. Esta serie de accidentes laborales desata las iras de los asalariados, y les convence para acudir ante los patronos y solicitar que reduzcan el número de horas a trece (una petición que sin duda no alteraría la producción de la fábrica, pero que sí cambiaría la imagen de un patrono que se mantiene por encima de sus trabajadores-esclavos). La negativa es rotunda, además de dejar claro que los accidentes no son por el número de horas de trabajo, sino por negligencias de los propios obreros. Ante esta increíble respuesta deciden reunirse para estudiar como afrontar los hechos. Durante la celebración del consejo se presenta, de improviso, un desconocido, el profesor Sinigaglia (Marcello Mastroianni), e interviene en la reunión. Este extraño resulta ser un teórico perseguido por la policía, quien, con anterioridad, ya había alterado el orden público con sus ideas solidarias, con las que pretende fomentar la unión del trabajador para lograr unas condiciones de vida más dignas. El discurso en el que Sinigaglia arenga a la muchedumbre, para que no acepte regresar con las manos vacías, expone que no siempre la mayoría posee la razón, ya que muchas veces la esa mayoría no toma las mejores decisiones, sino las menos complicadas o las que permiten continuar con una vida que, aunque precaria y esclava, proporciona la mínima sensación de seguridad a la que se aferra porque teme perder lo poco que tiene.
miércoles, 13 de julio de 2011
Los camaradas (1963)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario