jueves, 6 de mayo de 2021

La mejor película de Thomas Graal (1917)



Mirando el año de producción, 1917, y la creatividad de su realizador, no me cabe duda de que Mauritz Stiller en su comedia La mejor película de Thomas Graal (Thomas Graal’s bästa film, 1917) fue de los primeros cineastas en emplear el lenguaje metacinematográfico para jugar con la realidad y la ficción, confundiendo ambos espacios en escenas como la de Bessie (Karin Molander) huyendo de su casa, por enésima vez, e interviniendo en lo que cree una pelea real, pero que resulta ser la ficción de la película que se está rodando sin que ella sea consciente, pues todavía no ha visto la cámara ni el equipo. Se da cuenta cuando la censuran por su comportamiento. Hasta entonces, lo que ha visto lo interpreta como real y ahí, en el pensamiento de la heroína, Stiller acerca cine y realidad, como ya lo había hecho, aunque de otra manera, cuando Thomas Graal (Victor Sjöström) escribe su guion a partir de la realidad vivida con esa misma joven, a quien busca —para ser más exacto, pide al productor que la busque— porque se ha enamorado de ella.


La historia de este guionista se inicia en la supuesta realidad, con Bessie y él trabajando en un guion que no avanza, debido a la pereza del escritor. En ese instante, él intenta un acercamiento que ella rechaza y que le lleva a abandonar la habitación. Thomas espera que regrese, pero ella no vuelve porque la pareja de detectives gemelos —de parecido más que razonable con los torpes agentes dibujados por Hergé para Las aventuras de Tintín— contratada por el padre de la chica la ha devuelto a casa. Así, en la ausencia de la persona amada, el guionista no deja de pensar en ella y encuentra la idea para su película. Thomas espabila y se inspira en sus recuerdos para escribir, exactamente detalla los hechos desde que se produce el encuentro con la joven hasta su desaparición. Esa historia, dentro de la historia, ocupa la primera parte de
La mejor película de Thomas Graal, que desarrolla en imágenes el encuentro entre el chico y la chica. ¿Pero el guion escrito por Thomas se ajusta a la realidad vivida? Stiller lo pone en duda, pero deja que el escritor, como inventor de historias, lo cuente a su manera, del mismo modo que en el guion (y, por lo que se deduce, también sería así en la realidad) la protagonista femenina inventa que se ha escapado de casa porque estaba harta de la pobreza y de las borracheras y palizas de su padre. Mientras Bessie fantasea una realidad alternativa, las imágenes la muestras en su mansión, rodeada de todo tipo de lujos y de atenciones. Ella es alocada, algo caprichosa, inteligente, fantasiosa, manipuladora —lo confirma como negocia con su padre el que no se casará con nadie que no sea quien ella elija—, decidida a salirse con la suya. Así, cuando lee en el periódico que la buscan para ofrecerle el papel de la protagonista de su propia historia no duda en prepararse y soñar en convertirse en una estrella dramática. Definitivamente, Bessie es la mejor película de Thomas Graal, su heroína, su inspiración y su aspiración, de ahí que solo ella sea capaz de ponerlo en movimiento, tanto creativo —sin ella, no habría escrito una página— como físico, en una escena tan cómica como la que se desarrolla en el puerto, cuando pierde el barco y le roba la barca a una mujer para alcanzarlo a golpe de remo.




2 comentarios:

  1. Hola, Antonio:

    Según leo en IMDb, la película tuvo una secuela al año siguiente: "El mejor hijo de Thomas Graal" (1918), también dirigida por Stiller.

    Saludos,
    Juan

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    Respuestas
    1. Hola, Juan:

      Estás en lo cierto. Stiller rodó una secuela, también con guion de Gustav Molander, y de nuevo con Victor Sjöström y Karin Molander repitiendo sus papeles. Menuda reunión de talento.

      Saludos

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