<<Toshiro, cabalgando a su lado, admiraba la destreza de su
padre en el manejo de Sakura, el arma de la familia. Una espada que
había pasado de padre a hijo, generación tras generación y que en
algún momento le pertenecería.>>
El
fragmento pertenece a mi novela Sakura (la flor del cerezo), una historia épica ambientada en Japón durante la época
Heian. Cuando en 2008 decidí el título, y el nombre de la catana de la familia Kure, no había
leído a Seijun Suzuki hablar de su relación con la flor del cerezo. Conocía su
importancia en la cultura japonesa, en su cotidianidad y en el arte, pero ignoraba su presencia en el cine de Suzuki, un cine que desconocía.
<<Si
le preguntan a Kurosawa por qué hay humo rosa que asciende de
pronto por una chimenea en una de sus películas en blanco y negro El infierno del odio (Tengoku to Jigoku, 1963) no
creo que se obtuviera una respuesta satisfactoria. Y Ozu, con
toda probabilidad, no sería capaz de decir exactamente por qué
utiliza con tanta frecuencia una tetera de un rojo intenso en sus
filmes. Los directores siempre están buscando imágenes expresivas,
pero cómo llegan hasta ellas es algo muy difícil de explicar con
palabras. Es puramente emocional. Es una de las más claras
diferencias entre cine y literatura.
En
mis primeras películas, los cerezos en flor no eran más que un
instrumento visual, el escenario para una batalla. Quizá la gente le
otorgue una importancia especial a los pétalos que caen en Elegía
a la violencia pero también era un decorado, nada más.
Las
flores del cerezo que se caen son una imagen del teatro Kabuki. En
Yoshitsune senbon sakura [Yoshitsune y las mil flores del
cerezo] las últimas palabras del enemigo de Yoshitsune son:
“Cuando los cerezos de Yoshino enciendan su fuego de nuevo,
desencadenaremos una nueva y valiente batalla en medio de la
centelleante lluvia”. No sé si las palabras derivan del escenario
o el escenario de las palabras, pero yo también veo las flores del
cerezo como objetos centelleantes en el aire. La primera imagen que
evocan en mí las flores de los cerezos es la de una batalla. La
primera vez que utilicé el cerezo en flor de esa manera fue en La
juventud de la bestia. El hecho de que la historia sucediera
en abril tiene una importancia secundaria. Primero rodé los cerezos
en flor a lo largo del río Edo, y después filmé la persecución de
coches bajo los cerezos junto al río Tama. En Elegía a la
violencia también situé la escena de una batalla
literalmente bajo flores de cerezos. Aunque no existe una lucha real,
el enfrentamiento entre amigo y enemigo y el intercambio de una carta
de amenaza remiten a ella. Mi primera asociación cuando veo cerezos
en flor es con una batalla, con la guerra, pero Motojiro Kaji
describe, en su novela Sakura no ki no shita ni wa [Bajo el
cerezo], cómo un cerezo florece con más fuerza y belleza que
antes porque extrae su alimento de un cadáver enterrado debajo de
él.
El
cerezo en flor evoca diferentes asociaciones para cada persona, pero
como director yo no busco tanto el significado o las conexiones como
los escenarios que encajen con la sensación de ciertos
acontecimientos. La flor del cerezo sirve perfectamente para ese
propósito porque suscita un amplio abanico de sentimientos en los
japoneses. Ya al principio de la era Heian [794-1192], la flor del
cerezo se consideraba la flor de las flores, y sus excelencias se
cantaban en innumerables tanka [poemas de cinco versos]. Pero lo que
convierte a la flor del cerezo en algo tan especial está claramente
expresado en el siguiente tanka por parte del monje y poeta Saigyo:
“Anhelo la muerte en primavera, una noche de luna llena, bajo los
cerezos en flor”.
En
mi opinión, no hay otra flor que simbolice la muerte y el morir
mejor que la del cerezo, porque tras su belleza aparece la mortalidad
y el nihilismo. No soy un experto acerca del sentido japonés de la
belleza, pero sé que la muerte y el morir se han tratado durante
siglos en un marco de cerezos en flor. La flor del cerezo representa
la belleza y también una visión de la vida. Por eso se utiliza en
tantas obras de teatro. Ha sido casi inevitable que terminara
mostrándose en las películas, no como metáfora, sino como
escenario para una batalla.>>1
<<...tu
alma es limpia y valerosa como el filo de esta espada -susurró al
tiempo que acariciaba la brillante hoja de Sakura.>>
1.Seijun Suzuki en El desierto bajo los cerezos en flor: El cine de Seijun Suzuki (traducción Juan José Pulido). Festival Internacional de Cine de Gijón/Ocho y Medio, Libros de Cine/Ediciones Áqaba, Madrid, 2001
1.Seijun Suzuki en El desierto bajo los cerezos en flor: El cine de Seijun Suzuki (traducción Juan José Pulido). Festival Internacional de Cine de Gijón/Ocho y Medio, Libros de Cine/Ediciones Áqaba, Madrid, 2001
Qué hermosas palabras. Expresion y Emoción
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