<<Si esta historia es una parábola, tal vez todo el mundo tome su propio significado de ella y lea su propia vida en esta. En cualquier caso, dicen en el pueblo...>>. Así concluye la introducción que John Steinbeck empleó para adentrarnos en La perla (The Pearl, 1947), el espléndido relato de la trágica existencia de Quino, Juana y su bebé Coyotito, pero La perla (1947) también es la magistral película que Emilio "el indio" Fernández realizó a partir del guión que él mismo escribió al lado del escritor estadounidense. En sus mejores trabajos, tanto el cineasta mexicano como Steinbeck orientaron sus simpatías hacia los desheredados y esa misma simpatía prevalece a lo largo del metraje de un film de emociones humanas —dolor, esperanza, amor, violencia, miedo...— que fluyen a raíz de la "perla del mundo" que Quino (Pedro Armendariz) encuentra en el fondo del mar. En presencia física o simbólica, la joya se convierte en la excusa narrativa que nos aproxima a la condición humana que el Indio Fernández exteriorizó equilibrando (y enfrentando) las necesidades y los sueños de sus protagonistas, una pareja indígena, y la avaricia que se desata y confirma la imposibilidad de los pobres de escapar de su condición social. La perla de Quino y Juana (María Elena Marques) es al tiempo la promesa de libertad y opulencia a la que inicialmente ambos se aferran —un rifle, ropas nuevas o que su bebé aprenda a leer y a escribir— y la maldición que los persigue, aunque dicha maldición es fruto de la codicia que la esfera de nácar desata entre mercaderes, vecinos, el cura del pueblo o el doctor que rechaza atender a Coyotito tras recibir la picadura de un alacrán.
lunes, 23 de julio de 2018
La perla (1947)
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