domingo, 20 de abril de 2014

La llamada de la selva (1935)


Más que una adaptación del relato de Jack London, la aventura propuesta por William A. Wellman en La llamada de la selva (Call of the Wild, 1935) se presenta como una inspiración de aquel, al conceder el protagonismo de la historia al personaje interpretado por Clark Gable, y posteriormente al de Loretta Young, después de que ambos se conozcan y emprendan el viaje hacia la soledad de la mina de oro donde parte de sus sueños se esfuman. La presencia delante de las cámaras de las dos estrellas sería uno de los detonantes que provocaron el distanciamiento entre lo expuesto por Wellman y la narración literaria que se centra en la personalidad de Buck, en sus cambios de dueño o en su transformación en el medio salvaje donde, después de ser apartado de la comodidad en la que se ha criado, sobrevive gracias a su fuerza, a su inteligencia y a los instintos animales que fluyen a través de su contacto con la naturaleza más primitiva. Esta versión cinematográfica de La llamada de la selva deja a un lado estos y otros aspectos que rodean al perro literario para mostrar el territorio del Yukon desde la perspectiva de los buscadores de oro que se congregan en pueblos y locales como aquel donde se descubre a Jack Thornton (Ckark Gable), el único personaje humano común a la película y a la novela. Thornton se da a conocer durante una partida de cartas en la que pierde sus últimos ahorros, aunque esto no parece afectarle porque se comprende que ya ha experimentado situaciones similares, como también le ha sucedido a "Shorty" (Jack Oakie), un viejo conocido a quien se encuentra en ese mismo local poco antes de que este le hable de la existencia de un mapa que les conduciría hasta un yacimiento inagotable de oro. Como en tantas otras películas de aventuras clásicas priman el romance y el enfrentamiento del héroe con un villano que no tarda en hacer acto de presencia, aunque por su aspecto nadie diría que el tal Smith (Reginald Owen) sea un tipo peligroso, sin embargo, demuestra su mezquindad cuando hace una oferta por Buck para sacrificarlo, porque el perro ha intentando morderle, momento en el que Jack interviene ganándose la amistad del san bernardo y granjeándose la enemistad del buscador. La adaptación de Wellman se disfruta como una de las mejores y más entretenidas de la obra de London, de la que solo toma alguna situación puntual en la que Buck queda relegado a un segundo plano por la presencia de Gable y de Loretta Young, quien encarnó a la joven que los dos amigos rescatan de la nieve, y con quien se asocian cuando descubren que se trata de la esposa del dueño del plano original, a quien todos dan por fallecido. Este personaje femenino muestra un carácter fuerte y decidido que le permite enfrentarse a un medio inhóspito donde la consideran poco menos que una molestia, como demuestra la negativa inicial de Jack a que los acompañe, convencido de que el espacio nevado y salvaje por el que se mueven no es apto para ella. Sin embargo, al igual que el perro de la narración, Claire se impone al medio y resulta el contrapunto perfecto para este aventurero en apariencia duro e inflexible, aunque dominado por los sentimientos positivos que afloran a medida que se afianza su relación de amistad con Buck y "Shorty" y la sentimental que le une a esa mujer que finalmente descubre que su marido vive, hecho que implica la elección entre la civilización (deber) representada por este y la naturaleza (querer) que simbolizan tanto Buck como Thornton.

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