miércoles, 7 de febrero de 2024

Fallen Leaves (2023)

Le gusta el cine, abrió uno en Helsinki —<<el primer gesto de Aki fue tirar a la basura las dos máquinas de palomitas del precedente propietario de la sala>> (1)—, realiza homenaje y guiños al cine, pero no a cualquier tipo de cine. Así en Fallen Leaves (Kuolleet Lehdet, 2023) guiña a Jim Jarmusch en su film de zombies Los muertos no mueren (The Dead Don’t Die, 2019) y a la salida de la proyección el finlandés aprovecha para burlarse de la cinefilia —él mismo era un cinéfilo empedernido en la década de 1970— y también para lucir carteles de obras cinematográficas, lucimiento que se repite en varios momentos de su película. Así asoman Breve encuentro (Brief Encounter, David Lean, 1945), El dinero (L’Argent, Robert Bresson, 1983), Rocco y sus hermanos (Rocco e i suoi fratelli, Luchino Visconti, 1960), Círculo rojo (Le cercle rouge, Jean-Pierre Melville, 1970) o Fat City (John Huston, 1972), pero no son estas películas sobre “perdedores” las que le inspiran; más bien, su musa es un Charles Chaplin en la comedia y el drama de la vida y un Frank Borzage en el amor como cura frente a la miseria en la que los personajes han vivido hasta el momento de su encuentro. Como los de estos cineastas, sus personajes son marginales, olvidados, periféricos que viven fuera del mundo tecnológico donde no parece haber lugar para ellos. Cada película suya es una declaración y una reafirmación de intenciones y un deleite para quienes nos gusta su humor y su ternura, su mirada en apariencia fría, pesimista. Sus héroes tristes, solitarios, lacónicos, cansados de soledad, pobres, aunque no de espíritu, no lucen hermosura vistosa, pero en sus personajes golpeados, tales como Ansa (Alma Pöysti) y Holoppa (Jussi Vatanen), hay belleza y esta reside en su humanidad, en su sencillez, en su quietud en la inestabilidad, en sus pocas palabras. Quizá sea la resignación ante la vida que se empeña en serles desfavorable, mas nada impide que sean quienes son. ¿Tristes? ¿Románticos? Tal vez; pero, sobre todo, son rebeldes. Se resisten a dejarse atrapar en la vorágine de modas, apariencia, prisas, ruido, verborrea,… y todo agente de la deshumanización que, al rechazarla y ser rechazados, los sitúa fuera de juego.

Me gusta imaginar que Kaurismäki es como sus personajes, un rebelde que se niega a caminar en la dirección y sentido ordenado. Se niega a volver al redil, si es que alguna vez ha estado en él. Para alguien que cree <<que en el mundo hay demasiado sonido, demasiadas imágenes, demasiado movimiento, demasiadas palabras>> (2) no es de extrañar que una y otra vez vuelve la espalda a las modas, a las palomitas, a cualquier aspecto que le deshumanice. Esa es su victoria. Interesarse por los desheredados, mirar bajo la apariencia y transitar realidades depresivas sin caer en la depresión. Ser perdedor y querer serlo, pues ser ganador en los tiempos modernos le alejaría de sí mismo. A él le gusta recorrer espacios conocidos, con personajes suyos, sus (anti)héroes y (anti)heroínas inventadas, pero reales en su heroicidad. Sus poderes no visten trajes ajustados ni lanzan rayos por el ojete, la heroicidad de los suyos es la de vivir y resistir en la marginalidad, sin perderse y sin perder la esperanza de encontrar un instante para fumar un cigarrillo, beberse una cerveza en un bar, o una felicidad que, en la pareja de Fallen Leaves, asoma en forma de amor silencioso y curativo; ahí está la cura para sus miserias cuando comparten el sentimiento y es esa necesidad de amar y de amor la que les lleva a superarse y a caminar hacia una vida suya, de los dos, compartida y a contracorriente de lo establecido; de modo que me resulta imposible no aplaudir su opción chaplinesca, la de caminar dándonos la espalda en compañía de su perra, la cual, vaya sorpresa, Ansa la llama Chaplin. ¿Qué mejor nombre para indicar la postura de Kaurismäki en unos tiempos modernos en los que la libertad semeja limitarse a la de ser zombis y el amor parece haber pasado a un tercer plano?


(1) Peter von Bagh, Aki Kaurismäki, Cahiers du cinema – Festival International du film de Locarno, París, 2006.

(2) Aki Kaurismäki a Michel Ciment: Pequeño planeta cinematográfico (traducción de Francisco López Marín). Akal, Madrid, 2007.

2 comentarios:

  1. Cine real, con héroes que pasan a nuestro alrededor como gotas de lluvia en invierno.

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    1. Tal cual, Marcelo. Héroes cualquiera, héroes de la cotidianidad en la que se encuentran marginados. Pero ahí siguen, resistiendo, sin quejas, sin perder su esencia...

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