domingo, 25 de febrero de 2024

Dos veces yo (1984)


La ultima de las cuatro colaboraciones cinematográficas de Carl Reiner tras las cámaras y Steve Martin de protagonista 
Un loco anda suelto (The Jerk, 1979), Cliente muerto no paga (Dead Men Don't Wear Plaid, 1982), Un genio con dos cerebros (The Man with Two Brains, 1983) y Dos veces yo (All of Me, 1984)— reunía al popular actor con otra de las grandes estrellas de la comedia de la década de 1980: la actriz Lily Tomlin. Juntos, nunca mejor dicho, dan rienda suelta a su vis cómica en una comedia que tiene su punto y encuentra su vía hacia la comicidad en la doble personalidad que ocupa un solo cuerpo, el del abogado Roger Cobb; quien, sin desearlo ni esperarlo, recibe el alma de Edwina Cutwater, su cliente recién fallecida. En realidad, solo se habían visto en dos ocasiones y en ambas acabaron tirándose los trastos. La primera, en la habitación de la mansión donde “agoniza” la millonaria, una mujer a quien le dan pocas horas de vida. Ha pasado su existencia postrada en su lecho o sentada en su silla de ruedas, pero ni su inminente muerte ni la discapacidad que la ha mantenido alejada de actividades con las que sueña parecen afectarle. Se muestra satisfecha y optimista porque cree haber comprado una nueva vida después de esta. Y la segunda vez que se enfrentan, sucede en el despacho de abogados donde se ultima el testamento. En ese instante Roger y Edwina discuten por última vez en vida de esta, pues ella fallece allí mismo. Pero tal inconveniente no les impedirá que continúen haciéndolo cuando el alma de la millonaria transmigre al cuerpo del personaje de Martin, en lugar de hacerlo al de Terry (Victoria Tennant), la mujer que, aparentemente, de forma desinteresada se había ofrecido a ser la receptora de Edwina. “Aparentemente”, porque la fallecida la ha nombrado su heredera y Terry no deja de ser una pícara en busca del dinero de la ilusa que acaba por formar parte de Roger. El arranque de Dos veces yo establece la situación y el posterior accidente posibilita el enredo y el chiste que Reiner, en función de director de orquesta, alarga gracias a las interpretaciones de sus dos estrellas, dando como resultado un entretenido tira y afloja entre Tomlin y Martin…




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