Según
declaraciones del propio Billy Wilder: en Alemania había escrito más de cien guiones, la
mayoría sin acreditar, así que no fue hasta Gente en Domingo (Menschen am sonntag, 1929)
cuando su nombre empezó a sonar en el cine. Luego llegaron los guiones de
Emil y los detectives (Emil und die detektive, 1931) y de las dobles versiones de películas en
alemán y francés que posibilitaron que su nombre también asomase
en las pantallas de Francia, país adonde se trasladó huyendo del
sinsentido nazi que se había hecho con el poder en Alemania. De origen
judío, Samuel "Billie" Wilder, el mismo Billy Wilder que años después se
convertiría en uno de los grandes cineastas de Hollywood, comprendió
el peligro y abandonó Berlín y puso tierra de por medio —más adelante, también pondría el mar que posiblemente le salvó la vida. Pero cuando llegó a París, el genio del
genio aún estaba verde y paseaba a la espera de algo que
hacer, antes de emprender su aventura americana. No desaprovechó su
estancia en suelo francés, pues allí, junto al también austrohúngaro Alexander Esway, dirigió su primer
film, aunque Curvas peligrosas (Mauvaise graine, 1934) dista de lo que se vería una
década después. No obstante, el film tiene su gracia, sobre todo
cuando uno de las víctimas de robo
localiza la matricula de su coche en el de juguete de un niño, al que da el alto, antes de
advertir al agente de policía que ese es el auto que lleva varios días buscando por toda la ciudad. Quizá, este sea el momento
de mayor hilaridad de una comedia urbana realizada con la pretensión de divertir
sin aburrir, imprimiendo velocidad a los coches y a la historia, en la que hay cabida
para el engaño, la amistad y el romance.
Mostrando entradas con la etiqueta Alexander esway. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Alexander esway. Mostrar todas las entradas
miércoles, 15 de abril de 2020
Mauvaise graine (Curvas peligrosas, 1934)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)