martes, 26 de diciembre de 2023

La tormenta de hielo (1997)

Con la excepción de Sentido y sensibilidad (Sense and Sensibility, 1995), Ang Lee y James Schamus han sido colaboradores habituales desde Manos que empujan (Tui shou, 1991) hasta Destino: Woodstock (Taking Woodstock, 2009) y ya desde sus primeros largometrajes comunes indicaban que la familia y el amor son temas de su gusto. Tras su paso por Reino Unido, donde rodó la aplaudida adaptación de Jane Austen, Lee aterrizaba en Hollywood para retomar su colaboración con Schamus y realizar su primer film hollywoodiense. El resultado fue La tormenta de hielo (The Ice Storm, 1997), un retrato irónico de la familia y de clase media estadounidense de la década de 1970 —que adapta la novela homónima de Rick Moody— en una recreación ambientada en un momento puntual de los Años 70, cuando la presidencia de Nixon tambaleaba, con el Watergate todavía en las portadas y con la guerra de Vietnam de fondo, con la popularidad intacta del musical Jesucristo Superstar y de la pornográfica y comercial Garganta profunda  (Deep Throat, Gerard Damiano, 1972) y la supuesta revolución sexual en marcha, pero con las distancias crecientes en una familia de clase media de talante liberal, porque está de moda serlo, e igual de conservadora que cualquier hogar monoparental típico estadounidense de antes y después de ese instante recreado en la pantalla. La familia Hood está formada por un matrimonio en crisis y sus dos hijos adolescentes. En todo caso, las relaciones están marcadas por la incomunicación marital y paterno-filial —a pesar de la escena en la que el padre pretende un acercamiento a Paul, cuando intenta hablar de sexo con él, porque eso es lo que se lleva, que confirma la distancia—, las dudas de Elena (Joan Allen) y Ben (Kevin Kline), la infidelidad marital del segundo y el vacío creciente que ensancha la distancia en la festividad de Acción de Gracias, una festividad que reúne a los cuatro miembros en quienes Lee expone el despertar sexual de Wendy (Christina Ricci), el primer enamoramiento de Paul (Tobey Maguire), el amor y desamor en la madurez, la crisis matrimonial y la desorientación adulta en el país del plástico donde la comida, los hogares y las relaciones expuestas saben a artificialidad, en su huida hacia la perfección prometida, nunca cumplida ni alcanzada, y remiten a un mundo feliz donde la infelicidad no desaparece cerrando los ojos a la realidad que viven y sienten ni acudiendo a fiestas de intercambio de pareja…



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