martes, 12 de diciembre de 2023

Elizabeth Taylor, un lugar en el cine

A la edad en la que muchas niñas aún van al parque a jugar, Elizabeth Taylor empezaba a trabajar y debutaba en el cine. Tenía nueve años y tres después, ya era una estrella. Pero, al contrario que tantos prodigios infantiles que alcanzaron dicho estatus, ella no hizo más que acrecentar su popularidad y su brillo con el paso de la infancia a la edad adulta. Siendo su época de mayor esplendor la comprendida entre las décadas de 1950 y 1960 —en esta última obtuvo sus dos premios Oscar—. A los treinta años ya era la actriz mejor pagada de Hollywood. Fue la primera en cobrar un millón de dólares por una película, Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, 1963), la cual también sería el inicio de su relación personal —que una y otra vez salía a la luz publica— y profesional con Richard Burton. Trabajaron juntos en doce películas; siendo la ultima común la televisiva Se divorcia él, se divorcia ella (Divorce His, Divorce Hers, Waris Hussein, 1973). Por entonces, ya imponía sus condiciones a los productores y se resarcía de sus años de contrato en la jaula dorada de la Metro. Nunca se había visto nada similar, pero tampoco era sorprendente debido a su popularidad entre el público, que la adoraba, la perseguía y la había aupado a la posición de privilegio desde la cual podía exigir a la industria de la que formaba parte desde 1942. Una década antes, en febrero de 1932, Elizabeth nacía en Londres, donde su madre y su padre, ambos estadounidenses, se habían instalado. Económicamente, la suya, era una familia acomodada, pero no se podría decir lo mismo desde una perspectiva emocional. En todo caso, la niña vivía sometida al deseo materno, el que triunfase en el mundo del espectáculo, y a los cambios de humor paternos...

Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, los Taylor decidieron abandonar Londres y regresaron a su país natal. Allí, en Beverly Hills, el padre iba a dirigir una galería de Arte de su tío y su madre tendría más opciones que nunca para insistir en que su hija fuese actriz. Así, decidida a darle la carrera que habría deseado para sí, visitó cual Anna Magnani en Bellísima (Bellissima, Luchino Visconti, 1951) distintos estudios cinematográficos, logrando que Universal contratasen a la pequeña, que debutó en la película There’s One Born Every Minute (Harold Young, 1942). El film no llamó la atención y ella tampoco, lo que parecía presagiar que su futuro no era el cine. ¿Fin de la historia? No. Solo concluida su relación laboral con el estudio creado por Carl Laemmle. La madre no se dio por vencida y visitó otros lares, llegando a las puertas de MGM. Llamó insistente y, tras la espera, le ofrecieron un contrato para la niña. Elizabeth iba a participar en La cadena invisible (Lassie Gone Home, Fred M. Wilcox, 1943) junto a Roddy MacDowall, otro prodigio infantil, que venía de brillar en ¡Qué verde era mi valle! (How Green Was My Valley, John Ford, 1941), y, aunque la estrella de la función era el perro Pal —que daba vida a la perra Lassie—, su interpretación fue un paso adelante en el camino de la joven actriz hacia el estrellato infantil que conquistó en Fuego de juventud (National Velvet, Clarence Brown, 1944). La década de los cuarenta concluyó con su intervención en Mujercitas (Little Woman, Mervyn LeRoy, 1949) y el inicio del decenio de su consagración lo disfrutó junto a Spencer Tracy y Joan Bennett en El padre de la novia (Father of the Bride, Vincente Minnelli, 1950); pero su confirmación como actriz adulta estaba a la vuelta de la esquina. Un año después compartía cartel con su amigo Montgomery Clift en Un lugar en el sol (A Place in the Sun, George Stevens, 1951), el film que definitivamente la situó entre las más grandes y queridas actrices de la época, posición que ocuparía durante años, a pesar (o debido a) de los “escándalos” aireados por la prensa rosa y gracias a sus trabajos en Gigante (Giant, George Stevens, 1956), La gata sobre el tejado de zinc (Cat on a Hot Tin Roof, 1958), De repente, el último verano (Suddenly, Last Summer, Joseph L. Mankiewicz, 1959), Una mujer marcada (Butterfield 8, Daniel Mann, 1960), película que se vio obligada a protagonizar a pesar de su negativa a hacerlo —finalmente, le reportaría su primer Oscar—, ¿Quién teme a Virginia Woolf? (Who Afraid Virginia Woolf?, Mike Nichols, 1966), Reflejos en un ojo dorado (Reflections in a Golden Eye, John Huston, 1967)…


Filmografía (hasta la década de 1970)


There’s One Born Every Minute (Harold Young, 1942)


La cadena invisible (Lassie Gone Home, Fred M. Wilcox, 1943)


Alma rebelde (Jane Eyre, Robert Stevenson, 1943) (sin acreditar)


Las rocas blancas de Dover (The White Cliffs of Dover, Clarence Brown, 1944)


Fuego de juventud (National Velvet, Clarence Brown, 1944)


El coraje de Lassie (Courage of Lassie, Fred M. Wilcox, 1946)


Cynthia (Robert Z. Leonard, 1947)


Recursos de mujer (Live with Father, Michael Curtiz, 1947)


Así son ellas (A Date with Judy, Richard Thorpe, 1948)


Julia se porta mal (Julia Misbehaves, Jack Conway, 1948)


Mujercitas (Little Woman, Mervyn LeRoy, 1949)


Traición (Conspirator, Víctor Saville, 1949)


El padre de la novia (The Father of the Bride, Vincente Minnelli, 1950)


Cicatrices del recuerdo (The Big Hangover, Norman Krasna, 1950)


El padre es abuelo (Father’s Little Dividend, Vincente Minnelli, 1951)


Un lugar en el sol (A Place in the Sun, George Stevens, 1951)


Nunca el amor fue tan bello (Love is Better than Ever, Stanley Donen, 1952)


Ivanhoe (Richard Thorpe, 1952)


La chica que lo tenía todo (The Girl Who Had Everything, Richard Thorpe, 1953)


Rapsodia (Rhapsody, Charles Vidor, 1954)


La senda de los elefantes (Elephant Walk, William Dieterle, 1954)


Beau Brummell (Curtis Bernhardt, 1954)


La última vez que vi París (The Last Time I Saw Paris, Richard Brooks, 1954)


Gigante (Giant, George Stevens, 1956)


El árbol de la vida (Raintree County, Edward Dmytryk, 1957)


La gata sobre el tejado de zinc (Cat on a Hot Tin Roof, Richard Brooks, 1958)


De repente, el último verano (Suddenly, Last Summer, Joseph L. Mankiewicz, 1959)


Una mujer marcada (Butterfield 8, Daniel Mann, 1960)


Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, 1963)


Hotel internacional (The V. I. P. s, Anthony Asquith, 1963)


Beckett (Peter Glenville, 1964) (sin acreditar)


Castillos de arena (The Sandpiper, Vincente Minnelli, 1965)


¿Quién teme a Virginia Woolf? (Who Afraids Virginia Woolf?, Mike Nichols, 1966)


La mujer indomable (The Taming of the Shrew, Franco Zeffirelli, 1967)


Reflejos en un ojo dorado (Reflections in a Golden Eye, John Huston, 1967)


Doctor Fausto (Doctor Faustus, Richard Burton y Nevill Coghill, 1967)


Los comediantes (The Comedians, Peter Glenville, 1967)


La mujer maldita (Boom, Joseph Losey, 1968)


Ceremonia secreta (Secret Ceremony, Joseph Losey, 1968)


Ana de los mil días (Anne of the Thousand Days, Charles Jarrott, 1968) (sin acreditar)


El único juego de la ciudad (The Only Game un Town, George Stevens, 1970)



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