lunes, 20 de noviembre de 2023

Jekyll & Hyde en la pantalla


Musical, animación, comedia, erótico y, por supuesto, ciencia ficción y terror son algunos de los géneros cinematográficos asumidos por diferentes guionistas y cineastas para dar forma a las numerosas adaptaciones de El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde, del escritor escocés Robert Louis Stevenson. Desde 1908 hasta la fecha actual, esta novela breve ha tenido más de setenta adaptaciones entre largometrajes, cortos, series y películas para televisión. Algunas han sido fieles al relato, otras se tomaron mayores libertades, y muchas son inspiraciones. En cualquier caso, todas ellas beben de una fuente inagotable que no nace en Stevenson, sino en la humanidad. El tema desarrollado por el escocés no sabe de fronteras políticas ni geográfica ni de épocas históricas. Está ahí desde que se formó la primera comunidad y el raciocinio se desarrolló en nosotros. Los antepasados más lejanos asomaron al mundo sin este conflicto interno, que también es externo, de hecho nace fuera, en la relación del individuo, ya no solo consigo mismo, sino con el resto. Apareció a medida que la especie evolucionaba y tomaba conciencia de ser y de formar un conjunto. Pero no llegó sola, pues el ser implicó el razonar serlo, de modo que la razón hizo su aparición en el pensamiento. No fue un trayecto sencillo, sino lleno de tropiezos. Obviamente, hemos evolucionado desde entonces; sobre todo gracias a las revoluciones científicas y a nombres propios que rompían con la “razón” establecida por su época. Pero en su obra, Stevenson no pretende una clase de antropología, ni de historia, ni de biología. Ni siquiera una charla sobre la evolución. Habla de dos partes comunes a la humanidad, las cuales nos definen de algún modo, aunque la evolución, la socialización y las leyes (religiosas y civiles) han intentado encerrar una de ellas presumiblemente por el bien de la sociedad y del propio individuo. Presumible porque el bien social y el personal no siempre coinciden. El escritor enfrenta racionalidad e irracionalidad, razón y emoción, dos caras que todos poseemos y que, según qué situación, nos poseen. Así que sabemos de lo que habla. No hay quien escape ni al ser social ni al individual, ambos condicionados por la moral establecida, ni a las pasiones ni emociones que a veces nuestro yo moral las controla reprimiéndolas de tal modo que afectan el equilibrio entre la cara visible y la oculta; y no me refiero a las de la Luna. Nadie actúa igual en soledad que en compañía de otros; pero tampoco en solitario domina el irracional. En todo caso, el racional no puede vivir sin el irracional porque forma parte del yo. Separar ambos sería asesinar la humanidad que existe en el ser humano, como demuestran algunos de los Jekyll y Hyde que han asomado en la pantalla. Han sido muchos actores y actrices quienes se han prestado al conflicto de la dualidad inspirando por Stevenson, desde John Barrymore hasta Isabella Huppert, pasando por Conrad Veidt, Stan Laurel, Fredrich March, Spencer Tracy, Mario Soffici, Jerry Lewis, Jack Palance, Jason Robards, Christopher Lee, Kirk Douglas, Sean Young o John Malkovich.


A continuación, algunas de las adaptaciones, ya sean fieles, libres o inspiraciones, del relato de Stevenson:


—Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1908), cortometraje, la primera versión realizada.


—El hombre y la bestia (Dr. Jekyll and Mr. Hyde, John S. Robertson, 1920), el primer largometraje; protagonizado por John Barrymore.


—La cabeza de Jano (Der Januskopf, Friedrich Wilhelm Murnau, 1920), película pérdida, que contaba con el protagonismo de Conrad Veidt.


—Dr. Pyckle & Mr. Pride (Harry Sweet, 1925), cortometraje cómico con el gran Stan Laurel parodiando a Barrymore y su Jekyll/Hyde.


El hombre y el monstruo (Dr. Jekyll and Mr. Hyde, Rouben Mamoulian, 1931), la primera versión sonora y, para quien esto escribe; de las vistas, la mejor.


El extraño caso del doctor Jekyll (Dr. Jekyll and Mr. Hyde, Víctor Fleming, 1941), protagonizada por Spencer Tracy.


—Dr. Jekyll and Mr. Mouse (Joseph Barbera y William Hanna, 1947), corto animado con Tom y Jerry.


El extraño caso del hombre y la bestia (Mario Soffici, 1951), además de dirigir el film, Soffici también dio doble vida al personaje.


—Abbott y Costello contra el doctor Jekyll (Abbott y Costello Meet Dr. Jekyll and Mr. Hyde, 1953), parodia para explotar el éxito de la pareja cómica y a mayor beneficio económico de Universal; con Boris Karloff como Jekyll y Hyde.


El testamento del doctor Cordelier (Le testament du docteur Cordelier, Jean Renoir, 1959), la mejor versión televisiva del relato y una de las mejores sobre el doble personaje.


—Las dos caras del Dr. Jekyll (The Two Faces of Dr. Jekyll, Terence Fisher, 1960); producida por Hammer Films, el resultado es otra de las grandes versiones del asunto.


El profesor chiflando (The Nutty Proffesor, Jerry Lewis, 1963), en la que el cómico se desdobla en el tímido profesor Kelp y el descarado Buddy Love.


—Záhadny pan Hyde (Giorgos Skalenakis, 1964), película producida para la televisión checoslovaca.


—Dr. Jekyll y su hermana Hyde (Dr. Jekyll and Sister Hyde, Roy Ward Baker, 1971), la primera en transformar a Jekyll en mujer.


—El monstruo (I, Monster, Stephen Weeks, 1971), en los principales papeles la mítica pareja formada por Christopher Lee y Peter Cushing.


—Dr. Jekyll and Mr. Hyde (David Winters, 1973), con un histriónico de la talla de Kirk Douglas, y además, desatado.


—Al doctor Jekyll le gustan calientes (Dottor Jekyll e gentile signora, Steno, 1979); en realidad, le gusta la mujer interpretada por Edwina Fenech.


—El doctor Jekyll y las mujeres (Docteur Jekyll et les femmes, Walerian Borowczyk, 1981).


—Al borde de la locura (Edgar of Sanity, Gerard Kikoine, 1989), con Anthony Perkins, ya encasillado en psicópatas y desequilibrados, a la cabeza del reparto.


—Dr. Jekyll y Miss Hyde (Dr. Jekyll and Miss Hyde, David Price, 1995), de nuevo Jekyll se desata convertido en mujer.


—Mi nombre es sombra (Gonzalo Suárez, 1996),  a la sombra o ensombrecida por la fama de Remando al viento (Gonzalo Suárez, 1988), en la que Suárez adaptaba a Mary Shelley.


—Mary Reilly (Stephen Frears, 1996); o cómo ser John Malkovich interpretando al doctor Jekyll, visto a través de la (supuesta) mirada del personaje de Julia Roberts.


Hulk (Ang Lee, 2003), es más una inspiración que una adaptación, pues adapta las viñetas de la Marvel. Pero no cabe duda de la influencia de Jekyll en el personaje de Eric Bana, que es un científico que experimenta consigo mismo y desata su lado irracional en el gigante verde que lleva dentro.


—Madame Hyde (Serge Bozon, 2017), protagonizada por Isabelle Huppert.



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