martes, 21 de noviembre de 2023

Jiri Trnka, el maestro de las marionetas

Maestro del cine de animación de muñecos, el checo Jiri Trnka (1912-1969) fue una de las grandes figuras cinematográficas del periodo que va desde la conclusión de la Segunda Guerra Mundial hasta la irrupción y breve asentamiento de la Nueva Ola del cine checoslovaco. <<Por esas fechas, la fama del cine checoslovaco se debía, sobre todo, al cine de animación, cuyo desarrollo y nivel artístico lo propició, ante todo, Jiri Trnka>>, (1) sin olvidar a Jiri Brdecka ni a Karel Zelman, los otros dos grandes realizadores de la animación cinematográfica checoslovaca de la posguerra. Su primer cortometraje fue Zasadil dedek repu (1945), película de dibujos animados, y su último trabajo lo tituló Archandel Gabriel a pabí Husa (1965). Entremedias transcurrieron veinte años y veinte películas más. Durante esas dos décadas realizó seis espléndidos largometrajes y dieciséis grandes cortometrajes cuyos protagonistas, salvo al inicio de su carrera, no eran dibujos animados, sino muñecos. Su primer largo fue El año checo (Spalicek, 1947), pero ya contaba con amplia experiencia en el campo de la animación y de las marionetas. Había estudiado en la Escuela de Arte, Arquitectura y Diseño de Praga y, en 1936, había creado su propio teatro de marionetas en la capital checa, donde este tipo de espectáculo es arte, negocio y reclamo para los turistas que visitan la ciudad. La película está compuesta por seis cortometrajes y fue una novedad, aunque no alcanza la complejidad formal ni técnica de su siguiente largometraje: El ruiseñor del emperador (Csaruv slavik, 1948), en la que adaptaba el cuento de Hans Christian Andersen.

Esta película suponía un nuevo paso adelante en la obra de Trnka, que lograba en su adaptación del cuentista danés el primero de sus largometrajes en tener su estructura de una única historia. Había iniciado sus adaptaciones literarias en Zvíratka a petrovskí (1946), su segundo cortometraje, inspirándose en los hermanos Grimm, pero El ruiseñor del emperador venía a confirmar que los cuentos y la literatura, también el folclore, eran fuentes de inspiración para su cine de marionetas. Sus adaptaciones beben de la literatura checa, por ejemplo El buen soldado Svejk (Dobry voják Svej, 1955), en la que adaptaba la novela satírica de Jaroslav Hásek, la misma que años después Jiri Menzel, otro grande del cine checo, llevaría a la pantalla con personajes de carne y hueso, o de la literatura mundial; sin ir más lejos, Shakespeare en El sueño de una noche de verano (Sen noci svatojanské, 1958). El shakespeariano sería su último largometraje; los dos restantes también fueron adaptaciones literarias: la episódica Viejas leyendas checas (Staré povesti ceské, 1957), basada en el libro de Alois Jirásek, y El príncipe Bajaja (Bajaja, 1950), que toma su argumento de los cuentos de Bozema Nemcová El príncipe Bajaja y La espada mágica. La impagable aportación de Trnka al cine de animación se completa con sus magníficos cortometrajes, en los que deambula entre el costumbrismo, el cuento, el humor, la experimentación e incluso, como la mayoría de creadores, se permite su propio discurso. Todo ello, en largos y en cortos, da la suma de una obra artística y cinematográfica única, experimental y siempre atractiva…


(1) Eva Zaoralova: El cine en el centro y el este de Europa. Historia general del cine. Volumen IX. Europa y Asia (1945-1959). Ediciones Cátedra, Madrid, 1996.

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