lunes, 28 de noviembre de 2011

Sopa de ganso (1933)



El cine de los hermanos Marx es un cine de evasión, de entretenimiento irreverente, que ofrece la oportunidad de reír, sin dejar tiempo para pensar en otra cuestión que no sea la de buscar el sinsentido a las palabras que salen por la boca de Groucho o Chico, mientras Harpo se dedica a sacar objetos de sus pantalones o a cortar con sus tijeras cualquier cosa que pueda ser cortada. Sopa de ganso (Duck Soup, 1933) es una película redonda en cuanto a la finalidad de divertir y de mostrar a cuatro hermanos, aunque Zeppo no poseía la comicidad de los otros lo que le haría prescindible, haciendo el ganso e intentando salvar a Freedonia de una crisis económica que ha sumido al país en el caos y al borde de la revuelta. Para solucionar el problema, la señorita Teasdale (Margaret Drumont) ha solicitado que el encargado de asumir las riendas del país sea Rufus T. Firefly (Groucho Marx), porque según las palabras de la mujer más rica de la nación él sería el único que podría salvar la situación. Pues sí, es la verdad, Firefly es el individuo más preparado para divertir a sus súbditos, porque desde que asume el poder muestra su elevada capacidad política, basada en su idea de no tener idea de qué debe hacer, salvo molestar al embajador Trentino (Louis Calhern), el representante de Sylvania, un tipo que desea desacreditarle para poder hundir a Freedonia. El plan de Trentino es genial, pues no se le podría haber ocurrido nada mejor que enviar a dos superespías para que vigilen al presidente Firefly, dos agentes secretos que utilizan como tapadera un puesto de cacahuetes que se encuentra frente a la residencia presidencial y al lado de un puesto de limonada, con cuyo dueño se disputan la supremacía del mercado. Gracias a esa estratégica ubicación, Chicolini (Chico Marx) y Pinky (Harpo Marx) contactan con el presidente, iniciándose una relación de humor absurdo en el que la traición, los planes de guerra, la contienda y la visión de la diplomacia de Firefly juegan un papel importante en el futuro de Freedonia y Sylvania. En su alocada comicidad, Sopa de ganso posee algunos de los mejores momentos del cine de los hermanos Marx, posiblemente sea su mejor película, parte de culpa la tendría el director Leo McCarey, muy capacitado para la comedia, al imponer un ritmo desenfrenado para mostrar las desventuras surrealistas protagonizadas por el trío (cuarteto) de inolvidables cómicos, como demuestran las escenas del puesto de cacahuetes o la genialidad de ver a Harpo y a Chico haciéndose pasar por Groucho Marx, permitiendo de este modo que se desarrolle un gag visual muy divertido; por no hablar de las salidas de tono de Groucho cuando se dirige a Miss Teasdale o las travesuras de Harpo, que acabará compartiendo cama con su caballo, y sin olvidar la alocada guerra contra Sylvania. A pesar de la innegable calidad y humor que desprende Sopa de ganso (Duck soup) resultó un fracaso comercial, circunstancia que llevó a los estudios Paramount a no renovar el contrato de unos humoristas irrepetibles.

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