lunes, 5 de septiembre de 2011

A bayoneta calada (1951)



Como parte de un plan de retirada de la división de infantería a la que pertenecen, un pelotón debe mantenerse en la retaguardia; su misión consiste en retener al enemigo y simular que el número de fuerzas en la zona no han disminuido. Cuarenta y ocho hombres, conscientes de su situación, se enfrentan a tropas que les superan en número. Al mando se encuentra el teniente Gibbs (Craig Hill), apoyado por los experimentados sargentos Lonergan (Michael O'Shea) y Rock (Gene Evans). Sin embargo, el oficial cae muerto en una escaramuza enemiga, circunstancia que obliga a que Lonergan, el suboficial de mayor rango, tome el control y asuma la responsabilidad de liderar a los suyos. Esta situación preocupa al cabo Denno (Richard Basehart), teme que en algún momento le toque asumir el liderazgo del grupo. Denno cursó para oficial en la academia militar, sin embargo, una serie de fracasos en las prácticas le provoca pánico cada vez que se plantea la gran responsabilidad que significaría tener en sus manos las vidas de otros hombres. La situación es desesperada, los soldados de la Corea comunista acechan entre las nieves que cubren las escarpadas colinas. El cerco se estrecha, y en un intento por llegar al campamento, el sargento Lonergan cae; mala noticia para todos, y un aumento en las preocupaciones de un cabo que es consciente de que tan sólo queda uno por encima de él. El clima es un terrible enemigo, los pies se congelan, los hombres deben compartir el calor de una incómoda gruta natural donde se resguardan. Los soldados comunistas continúan siendo una constante amenaza que se convertirá en una realidad destructiva en cuanto descubran que la posición se encuentra defendida por un puñado de soldados derrotados inmersos en una desesperación que les consume. Las preguntas, los sufrimientos, los pensamientos ocupan sus mentes ante la certeza de una muerte que puede llegar en cualquier momento. De entre todos estos seres condenados, la historia se centra en el cabo Denno porque en él se descubre el miedo y la impotencia de una situación que no desea. Denno no puede, o eso cree, ni quiere asumir la responsabilidad que significa liderar a sus compañeros. Su mente no consigue serenarse y se presiona ante la posibilidad de ser el número uno, pensamiento que provoca nerviosismo e inseguridad. Su problema no puede calificarse de cobardía, es algo muy distinto, una circunstancia emocional que le obliga a arriesgar su vida para salvar la de su superior. Así pues, el cabo es un soldado que prefiere la muerte a la responsabilidad inherente al grado. El sargento Rock le advierte que huir de las obligaciones no es la solución, ya que éstas aparecen sin que se puedan eludir.Samuel Fuller dirigió y escribió A bayoneta calada (Fixed bayonets) utilizando, sin duda, su experiencia militar, que le permitió realizar un cine realista que no vende la heroicidad de unos hombres, sino su realidad cotidiana, sus miedos y sus anhelos. Su conocimiento del frente se plasma en unos personajes creíbles, seres que se podrían encontrar en cualquier rincón del mundo, pero que por desgracia se encuentran en una situación límite. Son soldados que no pueden hacer más que asumir su destino, un sacrificio que servirá para que otros se salven. Pero, ¿por qué nosotros?, pensarían los componentes de este grupo al ver partir al grueso de las tropas. Simplemente porque la guerra es injusta y como consecuencia también lo son las situaciones y las elecciones que les afectan.

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