sábado, 16 de octubre de 2021

Sidney Lumet y el estilo


<<He hecho dos películas porque necesitaba el dinero. He hecho tres porque me gusta trabajar y no aguantaba más. Como soy profesional, trabajé con tanta intensidad en esas películas como cualquiera de las que he hecho. Dos de ellas resultaron ser buenas y tuvieron éxito. Porque la verdad es que nadie sabe de qué mágica combinación nacen los trabajos de primer orden>>. Ver una película de primer orden hecha por Sidney Lumet me resulta toda una experiencia, quiero decir que su manera de narrar me atrapa en un espacio de historias absorbentes, sobre todo las de sus policíacos y sus dramas judiciales. Lumet inició su periplo profesional en la televisión en 1952, medio para el cual rodó episodios en diferentes series y programas, así como los telefilms All the King’s Men (1958), The Iceman Cometh (1960) o Rashomon (1960), y, ya en la década de 1970, diseccionaría el medio televisivo en la impagable Network (1976). En televisión no querían poetas, ni allí había poesía. Había que hacer un trabajo y Lumet lo hacía, punto. Quizá por ello, en su salto al cine, tampoco después, sus imágenes no buscan poesía, ni él aspiraba a que le reconociesen artista, sencillamente trabajaba y lograba crear espacios puramente cinematográficos, aunque fuese en el interior de la sala de Doce hombres sin piedad (12 Angry Men, 1956), en la mente humana de El prestamista (The Pawnbroker, 1965) o en las calles de la realista Serpico (1973). <<A mí entender, el buen estilo no se ve. El estilo se siente>>. Y de las imágenes de sus películas se puede concluir que Lumet nunca pretendió hacerse notar, ni exhibirse de forma gratuita en la pantalla. Su estilo era, precisamente, pasar desapercibido, dejar que fuesen los temas y las tramas de sus películas los que hablasen por él. Haciendo su trabajo, fue efectivo y, dicha efectividad, unida a su excepcional capacidad de narrar y adentrarse en zonas oscuras, le convirtieron en un gran cineasta y en uno los grandes cronistas cinematográficos estadounidenses. La naturaleza humana y el medio que esta ocupa y transita están presentes desde los inicios profesionales de Lumet. Cualquier película suya, sea mejor o peor, apunta a ese excepcional descriptor de espacios y de individuos en situaciones que los sitúan en límites emocionales, y al cineasta que conocía su oficio hasta el punto de saber reconocer y aceptar que existen muchas combinaciones e imprevistos que pueden deparar aciertos y errores que implicarían rodar fiascos, buenas películas o, con la fortuna de cara, alguna obra maestra. En su filmografía, aparece un poco de todo, pero prevalece lo bueno, incluso lo magistral. O eso prefiero, cuando pienso en Doce hombres sin piedad, Punto límite (Fail-Safe, 1964), El prestamista, La colina (The Hill, 1965), Serpico, Tarde de Perros (Dog Day Afternoon, 1974), NetworkVeredicto final (The Veredict, 1982) o Antes de que el diablo sepa que has muerto (Before the Devil Knows You’re Dead, 2007), entre otros films suyos que retengo en la memoria. Me digo que el cine de Lumet no fue narcisista, sino el de un director de cine que heredó de los clásicos la profesionalidad y el mantener los pies en el suelo para rodar películas cuya calidad mantiene vigencia, entretienen, muchas son valientes, inolvidables en los mejores casos, que no fueron pocos. Y ese rechazo al exhibicionismo también se puede encontrar en su libro Así se hacen las películas, cuya lectura resulta amena, instructiva e invita a plantearse aspectos que a menudo pasan por alto o a replantearse los que se dan por sentado sin apenas conocimiento. El realizador de Un lugar en ninguna parte (Running on Empty, 1988) habla en las páginas de su libro del guion y de los guionistas, de la puesta en marcha de una producción, de la fotografía, de la cámara, de los actores y actrices, del montaje y del estilo, entre otros temas relacionados con el cine y con la creación de una película.


La lucidez de Lumet y la sencillez de su prosa puede observarse en el siguiente fragmento:


<<El estilo de Ran de Kurosawa es totalmente distinto del de Los siete samuráis o Los sueños de Akira Kurosawa. Y sin embargo, todas son en verdad películas de Kurosawa. Estilísticamente, Apocalypse Now y El padrino I y II no tienen nada en común. Y con toda claridad son obra de Francis Ford Coppola. Un motivo de las grandes diferencias visuales entre estas películas reside en el director de fotografía. Gordon Willis rodó los dos Padrinos y Vittorio Storaro Apocalypse Now.


Cualquier película es, por definición, una creación artificial. La hace gente que aúna esfuerzos para explorar una historia. Las historias toman formas variadas. Existen cuatro formas primarias de contar historias: tragedia, drama, comedia y farsa. Ninguna categoría es absoluta. En Luces de ciudad, Chaplin pasa de una a otra con tal gracia que nunca te das cuenta de en cuál te encuentras. Existen, además, subdivisiones, en drama y comedia. En drama, están el naturalismo (Tarde de perros) y el realismo (Serpico). En comedia, están la comedia sofisticada (Historias de Filadelfia) y la comedia burlesca (Abbott y Costello contra quienquiera que sea). Algunas películas manejan de modo deliberado más de una categoría. Las uvas de la ira es una combinación de realismo y tragedia y Sillas de montar calientes de comedia burlesca y farsa. No hay elementos exactos y cuantificables de modo que a menudo las categorías se solapan. Pero siempre procuro determinar él área general a lo que creo que la película pertenece. Porque el primer paso a la hora de encontrar el estilo es delimitar las posibilidades entre las que me puedo mover.>>


Entrecomillado extraído de Sidney LumetAsí se hacen las películas (traducción José María Aresté). Ediciones Rialp, Madrid, 2016. 




Filmografía

Doce hombres sin piedad (12 Angry Men, 1957)


Stage Struck (1958)

Esa clase de mujer (That Kind of Woman, 1959)

Piel de serpiente (The Fugitive Kind, 1960)


Panorama desde el puente (A View from the Bridge, 1961)

Larga jornada hacia la noche (Long Day’s Journey Into Night, 1962)

Punto límite (Fail-Safe, 1964)


El prestamista (The Pawnbroker, 1964)


La colina (The Hill, 1965)


El grupo (The Group, 1966)

Llamada para un muerto (The Deadly Affair, 1967)

Bye Bye Braverman (1968)

La gaviota (The Seagull, 1968)

Una cita (An Appoinment, 1968)

King: A Film Record… Montgomery to Memphis (1968) (codirigido por Joseph L. Mankiewicz)

Supergolpe en Manhattan (The Anderson Tapes, 1971)

Perversión en las aulas (Child’s Play, 1972)

La ofensa (The Offense, 1973)

Serpico (1973)


Lovin’ Molly (1974)



Tarde de perros (Dog Day Afternoon, 1974)


Network (1976)


Equus (1977)

El mago (The Wizard, 1978)

Dime que me quieres (Just Tell Me What You Want, 1980)

El príncipe de la ciudad (Prince of the City, 1981)

Trampa mortal (Deathtrap, 1982)

Veredicto final (The Veredict 1982)


Daniel (1983)

Buscando a Greta (Greta Talks, 1984)

Power (1985)

A la mañana siguiente (The Morning After, 1986)

Un lugar en ninguna parte (Running on Empty, 1988)

Negocios de familia (Family Business, 1989)

Distrito 34, corrupción total (Q & A, 1990)

Una extraña entre nosotros (A Stranger Among Us, 1992)

El abogado del diablo (Guilty as Sin, 1993)

La noche cae sobre Manhattan (Night Falls on Manhattan, 1997)

Estado crítico (Critical Care, 1997)

Gloria (1999)

Declaradme culpable (Find Me Guilty, 2006)


Antes de que el diablo sepa que has muerto (Before the Devil Knows You’re Dead, 2007)



2 comentarios:

  1. "Doce hombres sin piedad" es una de mis películas preferidas de todos los tiempos. Guardo un recuerdo muy intenso de "Network" y de "Veredicto final". Por otra parte, y aunque en su momento fue un fracaso comercial, me parece que el musical "The Wiz" (remake de "El Mago de Oz" protagonizado por Diana Ross y Michael Jackson en 1978) vale bastante la pena. Pero si hay una peli de Sidney Lumet que me hace vibrar, y que te recomiendo encarecidamente si no la has visto, es su testamento fílmico: "Antes que el diablo sepa que has muerto" (2007). A eso lo llamo yo cerrar una carrera por todo lo alto.

    Saludos.

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    1. De Sidney Lumet he visto la filmografía completa. Su cine me gusta desde niño y algunas películas las he visto varias veces. Me gustan las que has nombrado, salvo “El mago”, que la tengo prácticamente olvidada. Tendré que volver a verla. “Antes de que el diablo sepa que has muerto”, la vi dos veces, cuando se estrenó y en dvd. Me parece un película excepcional y, como bien dices, un cierre por todo lo alto. Llevó tiempo queriendo comentarla en el blog, así que espero hacerlo un día de estos.

      Saludos.

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