Hija de su época —de transición y liberación sexual, de la movida madrileña, del auge contracultural y de la pretensión de romper con el pasado— y de Pedro Almodóvar, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) se degusta en la actualidad un tanto desfasada, y si en algún momento hubo provocación en sus imágenes, no queda rastro alguno. Ya avanzada la década de 1980, cuando la vi por primera vez, siendo un adolescente de catorce o quince años, me generaba la impresión de estar viendo un film que buscando transgredir, ni escandalizaba ni transgredía, y a duras penas me mantenía sujeto frente a la pantalla. Hoy, tampoco me divierte, pero la veo como el primer paso de un director que en su primer largometraje parecía tener el imperioso deseo de decir estoy aquí y de dejarse oír, quizás a gritos, de divertirse, sacando los colores a la hipocresía, y de liberarse a toda costa dando forma sonora y visual a su idea de contracultura e inconformismo, puede que de escándalo, en un film más conformista —no me refiero a su final, que se abre a un principio de existencias que no veremos en la pantalla, me refiero a que es una película que no siento que llegue a ninguna parte, quizá porque tampoco lo pretenda o yo sea incapaz de verlo— de lo que pudiese parecer a los abuelos y abuelas de entonces, quienes posiblemente no acudiesen a ver una comedia que descansa sobre el humor sexual y el humor escatologico, quizá entre el “caca, culo, pedo, pis” situado a medio camino entre la canción homónima de “Enrique y Ana” y el que nos hacía reír a los niños de último ciclo de EGB y a los adolescentes de BUP —o a los actuales de sexto de primaria y de la ESO—, y que reina en la pantalla para dar presencia a la mítica movida capitalina y satirizar el momento, tomando como punto de partida la venganza de Pepi (Carmen Maura), tras ser violada y desvirgada por el policía (Félix Rotaeta) del edificio de enfrente, quien, a su vez, querrá vengarse de ella porque Luci (Mercedes Guillamón, acreditada como Eva Siva), su mujer, “cuarentona” insatisfecha sexualmente y masoquista, le ha abandonado por una cantante adolescente llamada Bom (Olvido Gara “Alaska”), punk y dominante, que le da caña y orina, aunque, en su faceta de cantante, resultaría mejor siendo Alaska.
Si no recuerdo mal, me comentabas hace unos meses que no terminas de conectar con el cine de Almodóvar. Tal vez de ahí las reticencias que te suscita su ópera prima.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, puede ser. Por lo general no conecto, pero también hay películas suyas que me gustan o que guardo un buen recuerdo (Todo sobre mi madre y Volver, son dos que sí me gustaron cuando las vi en el cine). Ahora estoy siguiendo tu consejo y vuelvo a ver sus películas y, por ejemplo, de la primera etapa me gusta ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
EliminarSaludos.