domingo, 25 de septiembre de 2011

Una noche en la ópera (1935)


La primera comedia que les produjo Irving Thalberg para la Metro-Goldwyn-Mayer fue Una noche en la ópera (A night at the opera), una delirante comedia de los hermanos Marx. El mítico productor supo aprovechar al máximo el magnífico potencial de esos genios de la comedia,  dotando a la historia de un sentido narrativo que no existía en las primeras películas de los Marx. No resulta exagerado decir que Una noche en la ópera posee varios de los momentos más divertidos de la historia del cine: la lectura del contrato de la parte contratante, la escena en la que un minúsculo camarote empieza a llenarse de gente, mientras Groucho hace sus divertidos comentarios, o la secuencia donde un policía pretende atraparles en la habitación de Otis B.Driftwood (Groucho Marx) son ejemplos de un derroche de humor y diversión que, únicamente, se ve interrumpido por las escenas musicales, inevitables las de la ópera, pero no tanto las de fuera de ella. Es aquí donde se resiente la diversión, ya que pasa de una alegría que roza la hilaridad a una pausa que resulta excesiva y crea en el espectador la necesidad de volver a contemplar el caos que crean los hermanos. Cabe destacar la presencia de Margaret Drumont, para muchos la cuarta Marx, quien posibilita a Groucho-Otis la realización de una serie de comentarios irreverentes, a cada cual más salido de tono, que la actriz encaja perfectamente y que producen una carcajada a la altura de las ocurrencias de este empresario operístico que pretende vivir sin pegar golpe. La trama gira alrededor de la historia de amor que viven Ricardo (Allan Jones) y Rosa (Kitty Carlisle), dos cantantes de ópera con éxitos dispares. Mientras él se encuentra condenado a no poder demostrar sus cualidades, ella ve como su carrera despega gracias al interés que muestra el tenor principal y estrella de la opera, Rodolfo Lassparri (Walter Woolf King). Cuando a Rodolfo se le ofrece un contrato en Nueva York, desea llevar como primera actriz a Rosa, este hecho obliga a Ricardo a introducirse clandestinamente en el barco y viajar de polizón en compañía de Tomasso (Harpo Marx) y Fiorello (Chico Marx). Gran parte del metraje se desarrolla en este barco-decorado y las situaciones que en él se producen no tienen desperdicio, mientras, el camarote de los hermanos Marx continúa recibiendo visitas esperadas e inesperadas, porque nadie quiere  perderse la diversión que significa contemplar la divina locura de tres cómicos irrepetibles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario