jueves, 19 de mayo de 2011

Primavera tardía (1949)


En 
Primavera tardía (Banshun, 1949) se produjo el reencuentro de Yasujiro Ozu con el guionista Kogo Noda, quien, desde entonces y hasta el último film de Ozu, escribiría al lado del cineasta japonés los guiones de sus películas, títulos que desnudan la interioridad de los personajes, sus preocupaciones y sus motivos. Su ritmo lento, el cine oriental no vive de las prisas del occidental, transmite una sensación de profunda armonía y lirismo que nos invita a conocer las reflexiones de unos seres condicionados por la modernidad y la tradición, que viven enfrentadas tanto en su interior como en cuanto les rodea. Son dos polos opuestos que se presentan ante una protagonista que inicialmente tiene claro lo que desea, sin embargo, los hechos que se desarrollan ante ella le provocan confusión. ¿Qué hacer?, se pregunta. ¿Debe aceptar aquello que se le recomienda (aunque casi se trate de una obligación) o debe actuar según los dictados de su conciencia? <<La felicidad no se encuentra, se trabaja>>, dice su padre (Chishu Ryu) a Noriko (Setsuko Hara) cuando esta le confiesa que es feliz a su lado y que no desea casarse. 
La vida de la protagonista de Primavera tardía gira en torno a la existencia de su progenitor, viudo de cincuenta y seis años, que ha vivido los últimos bajo los cuidados y el amor de su hija. Sin embargo, la juventud de Noriko se marchita. Todas sus compañeras y sus amigas de la infancia se han casado, aceptando la vida a la que estaban destinadas, más que por deseo por tradición. Se trata de existencias entregadas a matrimonios arreglados de antemano, en la mayoría de los casos los prometidos no se conocen, o cuando lo hacen saben que será para casarse. Así pues, la preocupación por el futuro de su hija y la intervención de la tía de Noriko son dos detonantes para que el viudo se posicione a favor del matrimonio, aunque este signifique el alejamiento del ser querido que se desvive por él. La tradición así lo dice, las mujeres deben casarse y abandonar el hogar paterno para fundar su propio hogar, cuestión esta que no agrada a Noriko, pues ella desea permanecer con su padre, ya que es consciente de que la necesita. Las personas que la rodean la animan a contraer un matrimonio que creen necesario para una persona de su edad. Es lo que debe ser y así se lo dicen. El amor no importa, pues llegará con la convivencia, lo que importa es su bienestar, aunque sin contar con su opinión. Noriko representa un nuevo pensamiento, ideas modernas que se oponen a la tradición. Ella prefiere ser independiente, tomar sus decisiones y de servir a alguien, prefiere que ese alguien sea su padre y no un desconocido por el que nada siente.

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