martes, 5 de marzo de 2024

Un pueblo llamado Dante’s Peak (1997)

Cuando no es un animal el que ataca a los bañistas, es una amenaza geológica o una roca gigantesca procedente del espacio la que rompe la tranquilidad; lo cierto es que Hollywood siempre se vale de elementos perturbadores para crear tensión y atraer al público a las salas con catástrofes. Se trata de un tipo de cine que ha estado ahí desde prácticamente los orígenes de los géneros, pero, a menudo resultan producciones descafeinadas o alucinadas, con repartos repletos de nombres conocidos —esto encaja mejor con las producciones de la década de 1970, tipo Aeropuerto (Airport, George Seaton, 1969) o El coloso en llamas (The Towering Inferno, John Guillermin, 1974)— y con situaciones que se repiten en los distintos films; pero a veces existen ejemplos y excepciones tan magistrales como lo que hace Buster Keaton con un huracán en El héroe del río (Steamboat Bill Jr.; Keaton y Charles F. Reisner, 1928). Pero lo dicho, si bien son de buena apariencia y gran acabado, no suelen deparar las emociones que prometen ni tampoco buenas historias. No obstante, hay producciones entretenidas, entre ellas podría incluir Un pueblo llamado Dante’s Peak (Dante’s Peak, Roger Donaldson, 1997), estrenada el mismo año que Mick Jackson hacía lo propio con Volcano (1997). Ambas comparte la temática de los volcanes, pero la de Donaldson pretende una minuciosidad en el trabajo de los vulcanólogos de la que carece el film de Jackson, más centrado en la acción que desata la erupción en Los Ángeles. Por su parte, Dante’s Peak se traslada al pie de un volcán que lleva varios miles de años latente, pero sin actividad destacable. Mas ahora parece que puede despertar; y para comprobarlo, envían a Harry (Pierce Brosnan), quien no solo asume el rol de científico sino de héroe. A él es a quien hay que hacer caso; es el mayor experto y el único que está convencido de que el volcán erupcionará. Y claro que lo hará, pero antes, Donaldson intenta detallar (en la superficie) el trabajo del equipo y la relación que el héroe inicia con la heroína (Linda Hamilton), que viene a ser la alcaldesa del pueblo, la dueña de la cafetería y la madre de una niña y un niño. Los pasos a dar en la trama son los de siempre, lo que vemos en la pantalla también, pues Un pueblo llamado Dante’s Peak no va a ofrecer lo que no es, aunque no desentona dentro de lo que sí es: una película de acción que se ajusta a los cánones del cine de catástrofes y lo hace con intención más detallista (hasta que se pierde en la erupción y se convierte en un sálvese quien puede que no logra salvarse) que otras contemporáneas suyas, tales la propia Volcano, Twister (Jan de Bont, 1996), Deep Impact (Mimi Leader, 1998) o Titanic (James Cameron, 1997)…



No hay comentarios:

Publicar un comentario