lunes, 20 de agosto de 2018

Los inundados (1961)

La irrupción de Fernando Birri en el cine argentino fue fundamental para su modernización y también para revitalizar el cine social que Mario Soffici en Kilómetro 111 (1938) o Prisioneros de la tierra (1939) y Hugo del Carril en Las aguas bajan turbias (1951) habían impulsado años atrás. Pero, a diferencia de estos dos también imprescindibles de la cinematografía argentina, Birri no se limitó a señalar deficiencias sociales, sino que introdujo una dimensión combativa (política e ideológica) en sus películas documentales y en el que quizá sea su film de ficción más popular. En Los inundados (1961), su primer largometraje, Birri se alejaba del documento para realizar una crítica satírica que señala a la burocracia y a los políticos como agentes que imposibilitan la mejora social y el bienestar que, salvo en un breve suspiro cómico, nunca se encuentra al alcance de sus marginados protagonistas. Para hacer hincapié en el subdesarrollo y en las diferencias sociales, el inicio de Los inundados introduce el tono neorrealista que, rompiendo con las formas y el contenido del cine argentino de la época, dominará su metraje, aunque se trata de un neorrealismo más cercano al expuesto por De Sica en Milagro en Milán (Miracolo a Milano, 1951) que al dramático que impera en su Ladrón de bicicletas (Ladri di biciclette, 1948) o en la viscontiana La terra trema (1948). La comicidad y la picaresca empleada por el realizador santafesino potencian la precaria realidad en la que descubrimos a la familia Gaitán. Víctimas de las inundaciones provocadas por la crecida del río Salado, ellos y otros vecinos son reubicados en viejos vagones que malamente logran adaptar a sus necesidades y, cuando lo hacen, pretenden echarlos de allí. Pero la familia se niega y despierta viajando por las vías que la conducen hacia un lugar donde experimenta la mejora social que concluye repentina, apenas unas horas que a sus miembros saben a gloria, y da paso a la realidad que siempre los inunda. ¿A quién culpar del subdesarrollo que los anega más que las aguas? <<Si a nosotros, si al destino,...>>, duda la señora Gaitán (Lola Palombo). <<Al gobierno>>, asume Dolorcito Gaitán (Pirucho Gómez). <<Todos son iguales, puras promesas, nada más>>, concluye la primera. Si en Prisioneros de la tierra, los trabajadores de mate son prácticamente esclavizados por los dueños de las plantaciones, en Los inundados los marginados encuentran su imposible en la burocracia y en la falta de acción, la suya y la de los responsables del desarrollo que brilla por su ausencia. Como consecuencia, los Gaitán deambulan cual pícaros que prefieren aprovechar las circunstancias que les depara su accidental viaje que regresar al entorno de miseria donde nada cambia y donde comprenden que tarde o temprano volverán a sufrir otra inundación, real o simbólica.

2 comentarios:

  1. Otro descubrimiento necesario. Esto es lo que hace de tu blog algo imprescindible

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    1. Muchas Gracias. Lo mismo opino del tuyo.

      Particularmente, me llena descubrir películas como esta, que no suelen nombrarse y, en mi opinión, son fundamentales. Y por supuesto, me gusta compartir las impresiones que me generan.

      Saludos

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