Su protagonismo en los musicales Madreselva (Luis César Amadori, 1938), La vida es un tango (Manuel Romero, 1939) o La vida de Carlos Gardel (Alberto de Zavalía, 1939) convirtieron a Hugo del Carril en uno de los rostros más populares de la pantalla argentina, aunque su mayor aporte a la cinematografía de su país se produjo en la dirección de largometrajes. Del Carril debutó en la realización con el musical Historia del 900 (1949), pero sus mejores títulos están ligados a su colaboración con el dramaturgo y periodista barcelonés Eduardo Borrás, quien sería su guionista en once de sus quince largometrajes tras las cámaras, lo cual no hace sino remarcar la complicidad existente entre ambos, una complicidad que se inició en Surcos de sangre (1950) y que alcanzó una de sus cimas cinematográficas un año después, en la adaptación de la famosa novela Río oscuro, de Alfredo Varela, quien también pudo participar en la escritura del guion gracias a la intercesión de del Carril ante Perón, pues, por aquel entonces, el escritor bonaerense estaba preso debido a su filiación política. Las aguas bajan turbias (1951) se abren al Paraná y a los barcos que lo navegan río arriba, pero, como apunta el narrador que introduce la historia, <<...hace unos años, unos pocos años, estás tierras eran tierras de maldición y de castigo. Las aguas bajaban turbias de sangre. El Paraná traía en su amplio regazo la terrible carga que vomitaba el infierno verde. Río abajo solían venir los cadáveres boyando, cadáveres sin rostro, sin nombre, sin familia...>>. Entre la poética de las imágenes y las palabras que anuncian la crueldad, la película se introduce en un espacio de miseria humana, de esclavitud y de vidas trágicas, que enlaza con el expuesto doce años atrás por Mario Soffici en Prisioneros de la tierra (1939). Del Carril reconoció la influencia directa de la película de Soffici en la suya, aunque tampoco hubiese hecho falta, pues los contactos entre ambas producciones son evidentes en su discurso social y de denuncia. En Las aguas bajan turbias se denuncian las precarias condiciones laborales y los abusos sufridos por los trabajadores que llegan a Posadas empujados por la necesidad de dinero, inconscientes de que lo único que encontrarán río arriba será sufrimiento, dolor e incluso la muerte.
miércoles, 29 de noviembre de 2017
Las aguas bajan turbias (1951)
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