domingo, 27 de mayo de 2018

Kilómetro 111 (1938)


El protagonismo del popular cómico Pepe Arias potencia el humor verbal de Kilómetro 111 (1938), pero la verborrea cómica del actor no entorpece la denuncia social que Mario Soffici introdujo en la desfavorecida situación de los colonos de la localidad donde desarrolla su película (población cuyo nombre da título al film), también en el desengaño de Yolanda (Delia Garcés) y en los intereses económicos de entidades financieras y empresarios que se aprovechan de los agricultores o de los directivos de la compañía ferroviaria para la cual trabaja el protagonista, antes de que le despidan por ser <<una buena persona, pero un mal empleado>>. Todo ello posibilita a Soffici la crítica social que alcanzaría su máxima expresión en su obra maestra, la dramática Prisioneros de la tierra (1939), un film sin ápice de humor en el que la tragedia se impone. Contrario a esto, en Kilómetro 111 la comicidad nunca abandona la pequeña localidad rural donde apenas se detienen los trenes y donde Arias asume el rol de jefe de estación, simpático, campechano y bonachón.


El ferroviario es el centro de la trama, en la que pero se introduce la denuncia, el drama, el humor, la miseria de los sin techo y de los oprimidos por el sistema, la solidaridad del protagonista y la influencia del cine hollywoodiense en su sobrina Yolanda, cuya ilusión sería la de convertirse en una nueva Greta Garbo, Marlene Dietrich, Joan Crawford o Mae West. Las estrellas de Hollywood inspiran su sueño de ser actriz al tiempo que la distancian de la cotidianidad que la rodea y rechaza. Cuanto observa fuera de la pantalla dista del glamour y del brillo que desea conquistar durante su estancia en Buenos Aires, donde solo conquista su desencanto y donde su tío vagará tras ser despedido. Las actrices admiradas por Yolanda y la foto de Cary Grant, que cuelga en una de las paredes de su habitación, denotan la influencia de Hollywood más allá de las fronteras estadounidenses, llegando a cualquier rincón del mundo, incluso al pueblo Kilómetro 111 donde Ceferino (Pepe Arias) rechaza una cena que contentaría a la Garbo, porque, sin duda, es más mundano que la famosa actriz y su ilusa sobrina. Es un trabajador que cumple su labor al frente de la estación con la calma similar al avance del progreso o a la construcción de la carretera que abarataría los costes de transporte y pondría fin al monopolío de la línea de ferrocarril. Pero, sobre todo, es un hombre solidario que no duda en posicionarse a favor de los desfavorecidos cuando el cacique del lugar les ofrece un precio irrisorio por el trigo. El precio, tan bajo como injusto, no compensa el esfuerzo realizado y, ante esto, los colonos aceptan el consejo del jefe de estación y solicitan el crédito que el banco les acaba negando. Sin dinero no pueden transportar la cosecha de cereal a Buenos Aires y solo Ceferino podría ayudarles, pero, por miedo a perder su empleo, se niega a fiarles los fletes, aunque no tarda en cambiar de opinión y asumir la postura que rompe la hegemonía de los patronos y las normas de la empresa ferroviaria que pone en duda su sano juicio.


2 comentarios:

  1. Me gusta siempre tu capacidad de recuperar películas olvidadas, tu poder de síntesis, y tu pasión por el cine. Eres un sabio del cine. Y dan ganas de ver esta película

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabes cuanto agradezco tu comentario. Lo recibo como un regalo muy generoso.
      Muchas gracias

      Eliminar