Cuarenta años después de su primera novela publicada, Tango satánico, el que fuera guionista de Béla Tarr desde La condena (1987), largometraje que implica un antes y un después en la obra del reconocido cineasta húngaro, hasta El caballo de Turín (2011), recibe en 2025 el premio Nobel de Literatura. Aunque su obra siga siendo la misma, ahora le conocerán y le alabarán más personas, también algunas lo criticarán sin haberlo leído, por el arte de hablar por hablar sin que la vergüenza les frene. Por otra parte, soy de los que piensa que los premios tampoco dicen mucho, que solo son galardones que le hacen a uno mediático, sobre todo si se trata de uno como el Nobel. Otra consecuencia inmediata es que empezará a sonar en boca de muchos su nombre László Krasznahorkai. Lo mejor para él, al menos a priori y en un aspecto económico, que le reportará beneficios. Espero que los disfrute, como él ha hecho disfrutar a otros con sus trabajos literarios y cinematográficos, colaborando con el cineasta húngaro, quien se inspiró en las novelas de Krasznahorkai Tango satánico y La melancolía de la resistencia para sus Satantango (1994) y Las armonías de Werckmester (2000). Estas dos obras del escritor nacido en Gyula (Hungría), en 1954, son algunas de las suyas editadas en castellano por la editorial Acantilado, otras son Relaciones misericordiosas, Y Seiobo descendió a la Tierra y El barón Wenckheim vuelve a casa…
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