sábado, 4 de marzo de 2023

Twin Peaks (1990-1991)

<<Yo vi el episodio piloto como si aquello fuera un largometraje y por lo que a mí respecta lo único que es realmente Twin Peaks de las dos primeras temporadas es el programa piloto. El resto es puro decorado y se hizo como se hace la tele, pero ese piloto sí que capta muy bien la idea.>> (1) Creada por Mark Frost y David Lynch, que dirigió el piloto y el tercer episodio, la primera temporada de Twin Peaks (1990-1991) se emitió por primera vez en 1990 —el piloto se estrenó el 8 de abril, un año después de la conclusión de su rodaje en 1989—. Para sorpresa de la ABC Entertainment, se convirtió en un fenómeno televisivo a escala mundial. La cadena que la produjo había retrasado su emisión; cuando les entregaron el primer episodio, los mandamases de la ABC no sabían muy bien qué tenían entre manos, pues, tal como habían pedido a sus creadores, el programa piloto era diferente y su diferencia, respecto a lo que solía emitir la televisión, desubicó a los ejecutivos al frente del negocio.

La aparición de un cadáver en la aparentemente pacífica Twin Peaks, una pequeña y aislada ciudad del noroeste estadounidense donde todos se conocen, introduce el interrogante <<¿quién mató a Laura Palmer?>> o, dicho de otro modo, presenta el “macguffin” que permite a Lynch y a Frost dar a conocer y desarrollar su universo Twin Peaks, donde lo extraño y lo común, la luz y la oscuridad, se dan la mano en presencia del personaje de Kyle MacLachlan, el agente especial Dale Cooper, quien, junto al público, es el único extraño en este entorno misterioso, íntimo, rebosante de secretos. Quizá por ello mire a su alrededor con ojos de sorpresa y de emoción, al tiempo que su rostro y su postura corporal desvelan eficacia y equilibrio mental, quizá fruto de ejercicios de meditación y misticismo oriental. Es meticuloso, se preocupa por los precios de los hoteles, porque sabe que sus gastos corren a cuenta del contribuyente, disfruta el buen café y las tartas, es amable, también puede ser duro, y no descarta la validez de los sueños como posibles pistas. En sus gustos es mundano. Lynch y Frost lo quieren cercano y a la par especial. Es su nexo con el mundo fuera de la pantalla y el único inocente o no sospechoso dentro; es decir, que, cual recién nacido, nada tiene que ocultar y tiene todo por descubrir. El agente es sensible, observador, perspicaz en su día a día investigando la violenta y extraña muerte de Laura Palmer (Sheryl Lee). Cooper investiga con la ayuda de Harry S. Truman (Michael Ontkean), el sheriff local, que en el piloto expresa irónico que empieza a ser una especie de doctor Watson. Es probable. Entre ambos va creciendo la confianza que depara una colaboración que no se fuerza, que se basa en el respeto y la admiración y tal vez en la sorpresa que el policía local siente hacia el agente del FBI que irrumpe en su vida y en la del resto de los hombres y las mujeres de la no tan pacifica localidad de Twin Peaks.

<<Al principio Twin Peaks tuvo muchísimo éxito, pero a la ABC nunca le gustó la serie, y cuando el público empezó a escribir preguntando cuando se sabría quién había matado a Laura Palmer, la cadena nos obligó a decirlo y ahí se acabó la fiesta.>> (2) Laura no es la primera víctima, sino la segunda y pudo haber una tercera, que logra escapar de la muerte, aunque no pudo evitar ser violada y apaleada por el asesino; probablemente alguien de la localidad, así lo sospecha Cooper, quien añade que <<probablemente es alguien que conocen>>. Sospechas, misterio, humor negro, sueños y secretos, intereses ocultos, fantasía, la partitura musical de Angelo Badalamenti, las actuaciones del reparto, todo en general, sirve para que Frost y Lynch generen una atmósfera enigmática, magnética, extrañamente cómica y amenazante que queda establecida en el episodio piloto dirigido por el segundo. Pero si la primera temporada de la serie fue un éxito y su episodio piloto una de las cumbres televisivas estadounidenses de finales del siglo XX, la segunda temporada resultó menos estimulante. Mantener el tono logrado el año anterior, un tono que ya entonces parecía ir de más a menos, era sumamente complicado, más si cabe con Lynch trabajando en varios frentes, uno de ellos Corazón salvaje (Wild Heart, 1990), por el malestar que sintió Frost al verse ninguneado —el público, la prensa, la industria, consideraba Twin Peaks como “la serie de David Lynch”, incluso estando este ausente— y por las presiones de la cadena, exigiendo que desvelasen la identidad del asesino de Laura (hacia la mitad de la temporada). Fue una mala decisión e implicó el final (momentáneo) de la serie. <<Cuando volví de rodar Corazón salvaje, no sabía qué estaba pasando con la serie. Solo recuerdo la sensación de que era como un tren sin control del que había que estar pendiente las veinticuatro horas para que no descarrilara. Creo que si cada episodio lo hubiéramos escrito Mark y yo juntos, la cosa habría funcionado, pero no fue así y vinieron otros. No tengo nada en contra de esa gente, que quede claro, pero ellos no conocían mi Twin Peaks y la serie dejó de ser algo reconocible para mí.>> (3) Un año después de la cancelación del programa, Lynch regresó a su universo Twin Peaks y narró los días previos al asesinato de Laura Palmer en el largometraje Fuego camina conmigo (Fire Walk with Me, 1992); y ya en 2017 realizó la tercera temporada, que consta de dieciocho episodios dirigidos todos ellos por él, probablemente para evitar que la serie se desviase de su visión, como sí había ocurrido en el pasado.


(1) (2) (3) David Lynch, en David Lynch y Kristine McKenna: Espacio para soñar (traducción de Aurora Echevarría y Luis Murillo). Penguin Random House, Barcelona, 2018.


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