domingo, 27 de noviembre de 2022

Desde Rusia con amor (1963)


Cuando los niños aprenden a andar, se les dice que den un pasito y luego otro. Quizá ellos no lo sepan, pero los adultos sobrentienden que, para caminar, el primer paso es el más importante. Paso a paso, y así hasta completar el proceso de caminar las distancias. Imagino que no siempre sale bien al primer intento, sin embargo en otros medios donde los pasos son figurados o de otro tipo es preciso que ese primero, el más importante porque pone en movimiento, sea certero o acertado. El aprendizaje de un bebé nada tiene que ver con una película, pero los primeros pasos en el cine también son importantes para que un serial pueda tener continuidad más allá de su primera entrega. Dado el primer paso en Agente 007 contra el Dr No (Dr. No, 1962), ¿era necesario un segundo paso en las aventuras de Bond? Evidentemente no, pero era la mejor opción comercial para sus productores. Desde Rusia con amor (From Russia to Love, 1963) aprovechó el tirón del film precedente para adentrarse y ampliar el mundo del personaje creado por Ian Fleming e interpretado originalmente por Sean Connery, cuyo personaje no es un gentleman, sino un asesino profesional, de quien se supone que ha sido adiestrado para ser letal y no educado para ser un caballero británico, de ahí que la mezcla de elegancia y rudeza de Connery funcione como una equilibrada combinación al servicio de la Inteligencia de su Majestad. El responsable de la primera aventura de 007, Terence Young volvía a asumir labores de dirección y la primera novedad respecto a su anterior trabajo en la serie Bond fue la introducción que sigue a la pantalla en rojo y precede a los títulos de crédito iniciales. Pero la novedad que me interesa señalar es la sociopolítica, ya que introduce de lleno el conflicto de la guerra fría: <<La guerra fría en Estambul va a entrar en su fase caliente antes de lo que muchos piensan>>, dice la número 3 de Spectra a su agente (Robert Shaw). En 1963, Turquía sería un país escudo donde los EEUU había instalado armas nucleares que apuntaban directamente a la URRS. La nación euroasiática se había posicionado, pero mantenía relaciones con ambos bloques y, debido a su situación geográfica y estratégica, se convirtió en un lugar transitado por espías que realizaban labores que ya eran cotidianas. Esto lo observamos en los seguimientos entre los de un bando y otro, en como aceptan la rutina de espiar y de ser espiados; pero el equilibrio se rompe con la llegada de Bond y el agente de Spectra que se ha convertido en su sombra y rompe la armonía asesinando a un agente búlgaro que trabaja para los rusos.




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