martes, 13 de marzo de 2012

Un sombrero de paja de Italia (1928)


El día de la boda suele ser una jornada de nerviosismo y de celebración para los novios, sin embargo, para Fardinard (Albert Préjean), sólo será lo primero. La mañana del enlace, se dirige hacia su nueva casa, donde pasará el resto de su vida (o no) con quien se convertirá desde esa misma tarde en su esposa; sin embargo, por el camino sucede un imprevisto que a simple vista no parece demasiado importante; su caballo mastica un sombrero de paja de Italia que se encuentra sobre la hierba, y que pertenece a una pareja que se encuentra revolcándose en el campo. Pero ni la mujer ni el teniente Tavernier (Vital Geymond) parecen tomárselo a broma, exigen a Fardinard que reponga lo estropeado, explicando éste que no puede detenerse porque es el día de su enlace. La pareja no atiende a razones, lo cual convence al prometido para marcharse y ultimar los últimos detalles antes de la ceremonia. No obstante, la sorpresa de Fardinard no tarda en producirse cuando el dúo campestre se presenta en su casa y se instala allí con la intención de presionar al novio para que les consiga un sombrero idéntico. ¿A qué viene tanto alboroto por un simple sombrero? Se preguntaría el tío Vésinet (Paul Ollivier) si pudiese escuchar algo de la conversación, pues sordo como una tapia, permanece en medio de la sala sin enterarse de lo que ocurre a su espalda. La mujer se desmalla y el teniente amenaza al futuro esposo con retarle a un duelo si no consigue el sombrero, pero Fardinard no puede hacer nada, porque debe presentarse de inmediato en la sala donde le aguarda su futura esposa, Hélène (Marise Maïa), así como el padre de ésta, Nonancourt (Yvonneck) y el resto de los invitados. El joven hace cuanto puede para aguantar la presión que significa saber que dos desconocidos, que parecen desequilibrados, se han quedado en su casa, amenazando con destrozar todo si no se presenta con lo que le han pedido; así pues, recordando este hecho, el novio abandona la sala y se dirige a una sombrerería donde pretende comprar uno, pero resulta que el modelo que desea es un modelo difícil de encontrar; y tras una discusión con la mujer que se prueba el único sombrero de paja de Italia que queda en la tienda, éste se rompe, justo antes de que su futuro suegro se presente para llevarle de nuevo al lado de su hija; pero no será la última vez que tenga que ir tras Fardinard, pues su yerno no tarda en volver a fugarse, levantando unas sospechas que parecen fundadas. La segunda escapada se produce como consecuencia del aumento del miedo en Fardinard, porque no consigue alejar de su mente la imagen de los dos ocupas que aguardan en su casa; dicho motivo le impulsa a salir corriendo del baile y dirigirse a la dirección que le indicaron en la tienda de sombreros, donde vive una tal madame Beauperthuis (Olga Tschekova), la única mujer que tiene uno igual al que sirvió de menú para su montura. Basándose en la exitosa obra de teatro de Eugène Labiche y Marc MichelRené Clair realizó en Un sombrero de paja de Italia (Un chapeau de paille d'Italie, 1928) una estupenda comedia de enredo en la que remarca la exagerada importancia que los personajes conceden a la imagen, así como las infidelidades o las sospechas de que estas se producen. Cuando Fardinard llega a casa de los Beauperthuis descubre que el hombre que tiene frente a él, el señor Beauperthuis (Jim Gerald), y la mujer que aguarda en su casa tienen más en común que ese dichoso sombrero, una posibilidad que se le había pasado por alto y que desea ocultar a un marido celoso que podría descubrirla; de ese modo, un nuevo reto asoma en el día de la boda de Fardinard, quien además de conseguir el accesorio, debe evitar que Beauperthuis encuentre a la señora Beauperthuis con el teniente Tavernier. Resulta curiosa la actitud de los huéspedes de Fardinard, quienes aguardan sin hacer nada, sólo viendo como pasa el tiempo, a la espera de que otros resuelvan sus problemas, pues resulta evidente que la importancia del sombrero no reside en su hermosura, sino en el posible descubrimiento de un desliz extra-marital que podría acarrear graves consecuencias para una mujer infiel que puede ser descubierta por culpa del apetito de un caballo.

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