Darryl F.Zanuck, uno de los productores más importantes del Hollywood clásico y mandamás, durante décadas, de la 20th Century Fox, contó con un presupuesto de diez millones de dólares para rodar una superproducción que plasmase desde una perspectiva realista el día del desembarco de las tropas aliadas en Normandía; para ello se decidió por enfocar la historia desde los puntos de vista de los implicados, pero necesitaba algo más que realzase la grandeza de la producción que se proponía llevar a cabo, y eso lo logró al juntar en el mismo film a decenas de rostros conocidos de las diversas nacionalidades implicadas en los hechos que se exponen en El día más largo (The longest day). Un desfile de estrellas como John Wayne, Henry Fonda o Robert Mitchum, entre los americanos; Peter Lawford, Richard Burton o Sean Connery, por parte británica, Curt Jürgens, Peter van Eyck o Gert Froëbe, entre los alemanes o Bourvil, Jean Servais o Arletty en la resistencia francesa, proporcionaron una masiva expectación entorno a un film que prometía más de lo que en realidad ofrece, pues la intención de abarcar un hecho tan colosal como el que se describe, resulta una tarea casi imposible, más aún si se enfoca desde un aspecto generalizado que no logra transmitir las sensaciones que busca para ofrecer una historia de tal envergadura. No obstante, el film resulta un acercamiento bastante aproximado a los hechos que se inician el día anterior a la invasión, cuando nadie sabe qué va a suceder. Los aliados llevan meses esperando el Día D, aguardan impacientes a que el general Eisenhower (Henry Grace) dé la orden para iniciar la reconquista de Francia. El alto mando alemán, liderado por el mariscal Rommel (Werner Hinz), es consciente de que se puede producir una invasión en cualquier momento, pero no se plantean que el punto escogido sea Normandia, y menos aún con condiciones meteorológicas adversas, pues lo más lógico sería que el desembarco se produjese en la zona del canal bajo unas condiciones atmosféricas propicias. Dicha creencia sería uno de los principales errores cometidos por el ejército de ocupación, como también lo sería la falta de organización en el momento de producirse la ofensiva aliada. 6 de junio de 1944, Día D; de los tres millones de soldados que componen la ofensiva, los primeros en ponerse en marcha son los cuerpos de paracaidistas estadounidenses y las brigadas aerotransportadas británicas que deben tomar el puente de Pegaso; sin olvidar la vital participación de la resistencia francesa, que corta las comunicaciones terrestres. Para que el esfuerzo obtenga recompensa, el resto de las tropas aliadas deben tomar las playas y avanzar hacia el interior, hasta alcanzar las posiciones estratégicas que han capturado, con gran sacrificio, los hombres del teniente coronel Vanderwoort (John Wayne) y los soldados británicos bajo el mando del mayor Howard (Richard Todd). La situación se complica en las playas, miles de soldados aliados son retenidos por los alemanes que defienden la costa; muchos caen, mientras otros no pueden más que permanecer bloqueados a la espera de caer como el resto de sus compañeros. Necesitan realizar un último esfuerzo, un último sacrificio que les permita abandonar unas playas donde yacen miles de sus compañeros, y ahí surge el general Norman Cota (Robert Mitchum), alentando a sus hombres para que den ese paso hacia la liberación de Francia, que sería clave para poner fin al régimen de terror que asolaba a Europa. La historia que se cuenta consigue a medias su objetivo de transmitir la dimensión de los hechos reales, porque existe cierto desequilibrio argumental que resta credibilidad a unos personajes que, a pesar de representar a personas implicadas en los hechos, parecen forzados. El acierto residiría en pretender mostrar las partes implicadas, que va desde la alegría de los franceses, cuando reciben la noticia mediante mensajes codificados, a la falta de coordinación de un ejército alemán que se ve sorprendido, sin saber reaccionar a tiempo, pasando por las ansiedades que dominan a los soldados aliados, conscientes de que cada misión es básica para el desarrollo de un plan que debe ser ejecutado a la perfección si se pretende alcanzar el éxito. Ken Annakin, Andrew Marton y Bernhard Wicki (Gerd Oswald y el propio Darryl F.Zanuck dirigieron algunas escenas) fueron los directores encargados de enforcar los hechos de los tres ejércitos que se enfrentan en El día más largo (The longest day), una producción que sería imitada en su forma por películas como La batalla de las Ardenas (The battle of the Bulge), La batalla de Inglaterra (The battle of Britain), Tora! Tora! Tora!, La batalla de Midway (Midway) o Un puente lejano (A bridge too far), producciones que también repetirían los aciertos y errores de ésta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario