martes, 30 de agosto de 2011

Río Bravo (1959)

La amistad entre hombres, una situación límite en un espacio acotado para quienes son ajenos al mismo, pero con cabida para notas de humor, una mujer que irrumpe en él para convertirse en un nuevo quebradero de cabeza, John Wayne interpretando un papel a su medida, la cámara empleada sin alardes innecesarios, son algunas evidencias de que Río Bravo es un Howard Hawks' en estado puro y, por lo tanto, una de las películas que mejor define el estilo cinematográfico de un cineasta indispensable. La historia narrada por Hawks en Río Bravo prioriza las relaciones que se producen entre los protagonistas, una amistad de la que no hablan, pero de la que son conscientes en todo momento. Esta relación se encuentra presente en muchas de sus producciones (Sólo los ángeles tienen alas, Tener y no tenerHatari! o El Dorado son algunos ejemplos) y se pone a prueba como consecuencia de la situación extraordinaria que afecta y evalúa la valía de quienes se enfrentan a las adversidades y a las amenazas sin solicitar ayuda. Como consecuencia, el film presenta un discurso opuesto al planteado por Fred Zinnemann en la también imprescindible Sólo ante el peligro (High Noon, 1952), porque los protagonistas de Río Bravo no imploran la colaboración de otros, más aún, la rechazan cuando alguien se la ofrece porque asumen sin excusas su condición de representantes de la ley y, como tales, su deber consiste en resolver el problema que les atañe sin inmiscuir a terceros, ya que, lo quieran o no, son profesionales a quienes se paga por cumplir con un trabajo que conlleva soledad, riesgo y sacrificio. No obstante, los personajes de Howard Hawks no se encuentran solos porque su amistad se reafirma ante el peligro, algo que no sucede con el comisario interpretado por Gary Cooper en el western de Zinnemann, que rechaza el ofrecimiento del borracho del pueblo (en contraposición, Hawks ofreció el coprotagonismo del film al alcohólico a quien dio vida Dean Martin) para poco después descubrir la negativa de quienes creía amigos. Así pues, en contra de la soledad absoluta del personaje de Cooper, los sitiados de la ciudad fronteriza de Río Bravo encuentran en Colorado (Ricky Nelson), un joven pistolero que pretende vengar la muerte de su jefe, en la jugadora de cartas (Angie Dickinson) que busca redimirse de su pasado o en Carlos (Pedro Gonzalez Gonzalez), el propietario del hotel donde vive el sheriff Chance (John Wayne), el apoyo y la camaradería que afloran en el interior de la opresiva oficina donde se ubica la cárcel, en la nocturnidad que envuelve las rondas de vigilancia por un pueblo atestado de pistoleros o en los momentos de mayor tensión, cuando cada compañero se desvive por cubrir las espaldas de sus amigos. La acción expuesta por Hawks estalla a raíz de un asesinato a sangre fría en el salón del pueblo donde John T.Chance y Dude (Dean Martin), el borracho local, son testigos presenciales del crimen y los encargados de encarcelar a Joe (Claude Atkins), que se considera por encima de la ley al ser hermano de Nathan Burdette (John Russell), el ranchero más poderoso de la zona. Sin embargo al sheriff poco le importa quién sea el uno o el otro, él no hace distinciones cuando se trata de un delito que debe ser juzgado, aunque antes de que esto ocurra, Chance, Dude y Stumpy (Walter Brennan), el viejo ayudante que sufre de cojera, deben aguardar la llegada del agente territorial que trasladará al preso ante el tribunal. El tiempo de espera se convierte en un periodo de constantes amenazas, ataques traicioneros y expectación ante el desarrollo de acontecimientos que se anuncian letales. A pasar del peligro, ni el sheriff ni sus ayudantes desisten en su empeño de mantener al prisionero entre rejas y, al contrario que el agente de Sólo ante el peligro, no solicitan ayuda porque, como representantes de la ley, asumen que su responsabilidad laboral incluye el enfrentarse a la realidad que se les avecina. Consciente de los riesgos inherentes a la misión que lleva a cabo, Chance se niega una y otra vez a aceptar apoyo, porque en caso de hacerlo aquellos que ofrezcan su colaboración podrían morir a manos de los pistoleros profesionales de Burdette. Así pues, el pueblo se encuentra cercado, vigilado y repleto de asesinos a sueldo que deambulan a sus anchas por las calles que ocupan a la espera de actuar. Solo Pat Wheeler (Ward Bond) parece dispuesto a socorrer al sheriff y solicita la colaboración de cuantos se cruzan en su camino, cuestión que Chance le reprocha porque no desea que nadie muera por asumir su cometido. Terrible circunstancia que no podrá evitar, pues la violencia y el asesinato se desatan en las calles de esa población próxima al río que da nombre a la película. Los minutos transcurren claustrofóbicos, en su mayor parte en el interior de una pequeña cárcel donde los tres agentes de la ley retienen al criminal, que está seguro de su inmediata liberación, porque sabe que su hermano no dejará que lo juzguen. Asimismo, la trama también se traslada a la calle por donde los agentes de la ley realizan su ronda nocturna o al hotel donde Chance mantiene una relación de amor y desconfianza con una chica a quien a primera vista juzga por su apariencia, porque le recuerda a otra mujer, aquella que mermó la confianza de Dude. Su antiguo ayudante, uno de los más rápidos con el revólver, lleva más de dos años sumido en una prolongada borrachera como consecuencia de la mujer que lo utilizó hasta que se cansó de él. Aquel recuerdo le persigue, le obliga a beber para olvidar, pero lo único que ha conseguido es convertirse en un alcohólico que ya no se respeta. Durante todo ese periodo de embriaguez, solo el sheriff ha confiado en que se presente la oportunidad de recuperar a su antiguo compañero. De hecho, la ocasión ha llegado y Dude necesita volver a creer en sí mismo, convencerse de que sirve para algo y no permitir que le vuelvan a tratar como a un despojo, así pues, la oportunidad de ayudar a su antiguo jefe se presenta como la última para demostrarse que todavía existe esperanza para él y para quienes comparten la situación desesperada que potencia la unión entre los protagonistas.

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