jueves, 23 de junio de 2011

El río (1950)


La estancia de Jean Renoir en Hollywood se saldó con cinco películas y con la certeza de que para él no había un lugar dentro de la industria cinematográfica. Pero esto no fue un problema, solo una realidad que ni alteró su pasión por el cine ni sus planes para rodar la adaptación de la novela de la escritora inglesa Rumer Godden en la que se basa El río (The River, 1950). El fracaso comercial y la incomprensión generada por la espléndida y vanguardista La mujer en la playa (The Woman on the Beach, 1947) le cerraron las puertas de los estudios, y con ellas cerradas, poco faltaba para la conclusión de su etapa americana. Pero antes de darse por vencido, Jean Renoir consiguió financiación independiente para realizar su proyecto hindú y, previo a su regreso a Francia, el cineasta se trasladó a la India para filmar una película en apariencia sencilla, hermosa y poética en su fondo, cuyo lirismo se ve acentuado por sus imágenes y por el acompañamiento sonoro de la voz en off de una de las protagonistas, que recuerda el momento que narra con cariño y nostalgia desde un futuro en el que carece de importancia el dónde o el cuándo. Este poema visual nos habla de un instante de vida, de una familia, de su cotidianidad, así como de su contacto con un entorno que han hecho suyo a la orilla del Ganges, en el estado hindú de Bengala. Sin embargo, dicha cotidianidad se altera con la aparición de un joven ex-militar, el capitán John (Tom Breen), que ha huido de la compasión que, tras su regreso de la guerra, observaba en los rostros de sus conocidos. Esta lástima, de la que huye y que le hiere, es consecuencia de la perdida de una de sus piernas y, en ese paraje, alejado de su mundo, pretende encontrar la paz necesaria para curar su verdadero impedimento: su mente. Pero el capitán ignora que juega un papel importante en los sentimientos de las hijas adolescentes de esa familia inglesa que lo acoge y que siempre se muestra viva, en su amor, en su dolor, en su cotidianidad. A lo largo del metraje de esta producción británica se combinan el talento y la sensibilidad del cineasta para recrear una visión de la India alejada de ese aire misterioso que le conceden los occidentales representados en el coronel John. Así, pues, El río ,<<que parece una de mis películas más afectadas, es en realidad la más próxima a la naturaleza>> (Renoir, Jean, Mi vida y mi cine), nos acerca una cultura, un país, unas gentes y un instante de su día a día, de sus inquietudes, similares a las que podríamos encontrar en cualquier otro lugar del globo, pero desde su propia tradición. Por eso, uno de los grandes aciertos de Renoir, residió en tomar como centro de interés a esa familia británica que vive su existencia en un entorno donde no se sienten extraños, más bien lo contrario, ya que se siente atraídos hacia una cultura que les respeta y respetan, así como respetan esa tierra que consideran su hogar y que la narradora recuerda como un momento de inocencia que jamás podrá olvidar.

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