martes, 10 de septiembre de 2024

El hogar de Miss Peregrine para niños particulares (2016)


Otro cuento cinematográfico que sumar al universo fantasioso de Tim Burton. Pocos son los cineastas estadounidenses actuales que, para bien o para mal, presenten un estilo visual y temático tan reconocible (a simple vista) como el del responsable de Big Fish (2003). Tanto en su preferencia por personajes extraños, por así llamarlos, como por las formas que delatan su gusto por historias infantiles, tenebrosas y fantasiosas, se ve “obligado” a priorizar los efectos y la estética visual y musical —esta última suele estar a cargo de Danny Elfman, aunque no en este film— por encima de los temas que plantea de forma ligera y, en ocasiones, con la brillantez que se descubre en Ed Wood (1994). En sus imágenes, siempre está presente su gusto por lo diferente. Las más de las veces, sus personajes son rechazados o inadaptados a la normalidad estipulada o, como en este caso, tan peculiares como los niños del hogar de Miss Peregrine (Eva Green). No se trata tanto de que el cine de Burton carezca de profundidad reflexiva; es que no la precisa para desarrollar sus intenciones y conectar con su público. Gusta del enfrentamiento entre la realidad y la imaginación y en sus fantasías se decanta por los espacios enrarecidos y las apariencias extrañas. En esta predilección resulta cercano a Tod Browning, pero sin llegar a las entrañas emocionales que este diseccionó en sus colaboraciones con Lon Chaney o en La parada de los monstruos (Freaks, 1932). Burton simpatiza con los discriminados, con los monstruos que solo lo son a ojos de la normalidad que discrimina por ser diferente y sus personajes lo son. En sus cuentos comparte su pasión por criaturas como la de Frankenstein, seres sensibles y emocionales que no encuentran su lugar en un mundo donde se les rechaza o donde se muestran desvalidos frente a la incomprensión que generan en individuos que asumen y presumen su condición de normales. Este es el caso de Eduardo Manostijeras (Edward Scissorhands, 1990), de Frankenweenie (2012) o de los niños que viven su existencia escondidos en un bucle temporal que repite el mismo día: una jornada a la que Jake accede tras la misteriosa muerte de su abuelo (Terence Stamp). El fallecimiento de su familiar altera la vida del joven protagonista, quien se encuentra a medio camino de la fantasía que habitan las historias de su abuelo y la realidad a la que se aferra su padre, un hombre carente de imaginación y por lo tanto incapaz de comprender y aceptar que lo real no tiene porqué estar reñido con la fantasía. En este aspecto, los dos personajes adultos serían una prolongación de padre e hijo de Big Fish, pero donde en aquella cobra protagonismo, en El hogar de miss Peregrine para niños particulares (Miss Peregrine's Home for Peculiar Children, 2016) solo funciona como introducción a la lucha que lleva a Jake hasta Gales, a la isla donde su abuelo pasó su infancia, después de escapar de una Polonia dominada por monstruos diferentes a los que él alude en sus cuentos…



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