viernes, 20 de septiembre de 2024

La j de Juan Ramón


Tentado a escribir Ximénez, resistiré y escribiré su apellido Jiménez, con la J de Juan Ramón, el poeta de Moguer (Huelva), cuyo uso de la letra j, indiferente a que la palabra se escribiera académicamente con gi o ge, es marca del autor de “Leyenda”, como lo fue el empleo de la s en palabras que deberían ir con x. Era una forma de singularizarse en la grafía, pero, sin duda, donde este jenio lírico alcanzó mayor singularidad y gracia fue en su poética y su prosística, pues prosa también escribió, aunque haya quien la ignore o la relegue al olvido; lugar donde hoy, por ignorancia de la misma, la mayoría sitúa también su poesía, aunque no su nombre ni su premio Nobel de Literatura. En 1956 le fue concedió por <<su lírica, que en el lenguaje espiritual constituye un ejemplo de elevado espíritu y pureza artística.>> La ceremonia de premios tuvo lugar el 25 de octubre, tres días después moría su mujer, Zenobia Camprubí, su compañera durante cuarenta años, con quien se había casado en Nueva York, el 2 de marzo de 1916. No cabe duda de que Zenobia, una mujer emprendedora, también escritora, traductora de Tagore y profesora universitaria, había sido fundamental para el escritor, quien fallecía apenas un año y medio después, también en el exilio portorriqueño. El 5 de junio de 1958, los restos de la pareja fueron trasladados al pueblo natal de Juan Ramón y al día siguiente recibieron sepultura en el cementerio que el poeta recorre y evoca en vida...


El autor de “Platero y yo”, de las suyas su obra más popular, nació en Moguer en 1881. Por entonces era tiempo de restauración borbónica. Alfonso XII se coronaba rey de España en 1874, tras el descalabro que supuso la Primera República, que derivó en nuevos enfrentamientos, cantonalistas, monárquicos y carlistas, en una centuria que inspiró a Galdós sus Episodios Nacionales. Nada presagiaba que otra República pudiese volver, aunque republicanos todavía quedaban y más estaban por aparecer. El propio Juan Ramón sería un defensor de la Segunda y por ello viviría el exilio consecuencia de la derrota. Pero eso sería más adelante, en otro siglo ya pasado. En el XIX, en sus postrimerías, se produjo la pérdida definitiva del imperio español de ultramar. Corría el año 1898 y Juan Ramón, de diecisiete años, ya había escrito sus primeras páginas. <<Yo empecé a escribir a mis 15 años, en 1896. Mi primer poema fue en prosa y se titulaba “Andén”; el segundo, improvisado una noche febril en que estaba leyendo “Rimas” de Bécquer, era una copia auditiva de alguna de ellas, alguna de las típicas rimas con agudos; y lo envié inmediatamente a “El Programa”, un diario de Sevilla, donde me lo publicaron al día siguiente>>. Era el principio artístico de quien no ubico en el mismo grupo de los Baroja, Maeztu y Azorín, ni acerco a los Machado, Antonio y Manuel, a quienes no dudó en expresar su admiración por sus obras poéticas, y su crítica cuando así lo sintió. Dejó escrito Juan Ramón que por aquellos primeros tiempos literarios sus lecturas eran <<Bécquer, Rosalia de Castro y Curros Enríquez, en gallego los dos, cuyos poemas traducía y publicaba yo frecuentemente; Mosén Jacinto Verdaguer, en catalán, y Vicente Medina, que acababa de revelarse, con pase crítico de Azorín, entonces todavía José Martínez Ruiz, en el semanario “Madrid cómico”, y cuya siempre maravillosa “Cansera” me sabía yo de memoria>>. También habló de su peor necesidad: <<el aislamiento absoluto de todo lo vivo, para mi trabajo, no para mi creación>>. Se alejaba del mundanal ruido. No era poeta de grupo ni de café, ni de un movimiento concreto, aunque no fuese ajeno al modernismo y su obra se desarrolle contemporánea a los autores del novecentismo, aquel grupo en el que se ubica la generación del 14, la de Ortega, Azaña, Marañón y Pérez de Ayala, en la que también, por edad, podría pertenecer Ramón Gómez de la Serna, aunque este también iba por libre creando greguerias y, a la par de Julio Camba y Fernández Flórez, cada uno a su manera, poniendo una nota de impagable humorismo a la literatura española de la época.



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