Unos y otros, víctimas y victimarios, no dejaban de ser la expresión máxima de la aberración histórica en la que unos se imponían a otros. Fue la explosión más cruel, la más eficiente a la hora de destruir la condición humana: <<destruir al hombre es difícil, casi tanto como crearlo: no ha sido fácil, no ha sido breve, pero lo habéis conseguido, alemanes. Henos aquí dóciles bajo vuestras miradas: de nuestra parte nada tenéis que temer: ni actos de rebelión, ni palabras de desafío, ni siquiera una mirada que juzgue.>> Eran personas a las que se las condenaba a una muerte física, pero también a la psicológica: se les despojaba de todo, incluso de su capacidad de decir, pues qué decir en una situación en la que nadie escucharía, en la que nadie les entendería. Nuestra presunción de inteligencia quedó demostrada en el Lager, pero resultó ser una inteligencia criminal en grado sumo, de la que evitamos hablar como un hecho racional y empleamos el término irracional, inhumano o animal para referirnos a ella, pues de ese modo evitamos que nos roce, que se nos asocie. Aceptar que lo que allí se hizo fue humano es algo así como asumir lo evidente: que en el ser humano habitan rostros monstruosos. Y ahí asoma el rostro que se excusa, que se distancia, el que asome que, cuanto en la luz escapa a la comprensión humana, aquello que ocultamos en la sombra más oscura, merece el calificativo de inhumano: odio, tortura, terror, violencia,… Pero, siendo sinceros, ya no digo tan honestos como Levi, ¿qué otra especie que no sea la humana los ha practicado? ¿Y las acciones premeditadas, las preparadas hasta su último detalle, hasta su manifestación más monstruosa, en esos Lager donde fueron asesinados millones de personas? Ante lo que vivió y murió dentro y fuera de sí, Levi comprendía y sentía que debía dar testimonio. Y así lo hizo desde que regresó. También sabía que, para acercar la verdad a quienes no habían padecido la destrucción de su ser, tenía que se honesto y esa honestidad se descubre en las páginas de su Trilogía de Auschwitz, formada por Si esto es un hombre, La tregua y Los hundidos y los salvados, en la que el químico italiano apunta que <<quizás no se pueda comprender todo lo que sucedió, o no se deba comprender, porque comprender es justificar>>…
Entrecomillado de Primo Levi: Si esto es un hombre (traducción de Pilar Gómez Bedate). Austral, Barcelona, 2018.

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